Pues eso, que ya hemos emprendido. Toda la santa mañana sentadas detrás de una mesita muy maja que se ha traído la Esme de casa a la que le hemos puesto un mantel de lunas y estrellas y encima un cartel que dice ¿Te preocupa algo?, pregúntale al Tarot de Evi y Esme. Creíamos nosotras, en nuestra inocencia, que como a todo el mundo le preocupa algo esto iba a ser un no parar de clientela pero por el momento, ni el gato. Como dos tontas mirando al frente. Nos miraban, eso sí, pero lo que es acercársenos, nada de nada.
Estamos haciendo el ridículo, Esme, yo lo dejo. Además, es que tengo que dejarlo porque el Jacobín está comiendo tierra. Pues si te vas a dar por vencida a la primera es que no estás hecha para el emprendimiento, eso te lo aviso. La clave del éxito es perseverar y levantarse una y otra vez y volverlo a intentar ¿o es que te crees que lo bueno se consigue sin esfuerzo? Ya pero es que yo no tengo claro que esto sea bueno. Esto es buenísimo, es nuestro proyecto y lo vamos a defender con uñas y dientes.
Madre mía, la mujer coraje, la Esme. Tenemos que elaborar nuevas estrategias, por ejemplo, que se venga la Anais que da mucho el tipo de adivinadora del futuro. Ya estamos, me quiere colar a la hija porque no sabe qué hacer con ella. La Anais -pienso yo- lo que da es miedo y con miedo la gente no se nos va a acercar. Y luego -añade por si no fuera suficiente- le voy a pedir al Jonás que nos difunda por las redes sociales que él está muy puesto en todo eso del Internet y las viralidades. Pues si nuestros impulsores van a ser la Anais y el Jonás, aviadas estamos, reflexiono sin manifestarlo por no molestarla en su orgullo materno. Bueno, que haga lo que quiera, bastantes problemas tengo yo ya con el Toni y sus angustias vitales como para enfadarme con la única amiga que tengo en Madrid. Claro, Esme, yo también estoy segura de que nos va a ir bien, es cuestión de tiempo, como todo en esta vida.