Pues no sólo no tenemos ni un solo cliente sino que además hemos recibido una amenaza de otra del gremio, llamada Pandora para más señas. Estábamos nosotras todas aburridas sentadas tras nuestra mesa mientras el Jacobín jugaba con los arcanos cuando se nos acerca una mujer más bien rara. Nos ponemos todas tiesas, le arrebatamos el tarot al niño con gran disgusto por su parte y dibujamos la mejor de nuestras caras complacientes cuando va y nos suelta: no me gusta lo que estáis haciendo. Anda ¿y qué es lo que estamos haciendo? Pues comerme el terreno, así de claro. Que sepáis que llevo echando las cartas en este parque desde hace más de diez años. ¿Y te da para vivir?, le espeta la Esme toda ansiosa. Eso a tí no te importa, lo que sí te tiene que importar es robar el trabajo a los demás. Estamos en un libre mercado, le responde la Esme, y podemos emprender lo que nos de la gana. Como poder, podéis pero ateneos a las consecuencias, os lo dice Pandora. Y nos mira muy fijo como si nos estuviera echando la maldición.Tengo mis poderes, añade esotérica. Y yo los míos, le suelta la Esme que nunca se puede quedar callada. Lo dudo, le replica la Pandora con su mirada enigmática. No te preocupes, maja, le digo yo por tranquilizarla, si no tenemos clientes. Ni los vais a tener, eso os lo vaticino yo.
Pues si no los ha vaticinado ella…mejor lo dejamos, le digo a la Esme cuando la Pandora ya se ha ido. Ya estamos, ¿no ves que todo eso de la magia es mentira y no tiene ninguna base científica? Que nos va a vaticinar la boba esa, lo que pasa es que tiene rabia de que le haya surgido la competencia. Ni caso, nosotras a lo nuestro. Pero es que lo nuestro no es nada, Esmeralda, es que nos pasamos toda la mañana esperando tras la mesa sin fruto ninguno. Ya te he dicho que hay que tener paciencia. A ver, guapa, el blog ese que escribes ¿tiene lectores, tiene visitantes? Pues…ahí sí que me ha dado, la verdad es que todavía no. Pues esto es lo mismo. Persevera y vencerás.