Desde que el Toni tiene un amigo en el bar, un taxista que para a tomarse un café, no viene de tan mal humor a casa. No es que venga feliz y contento que entonces me preocuparía pensando que otro ser habita su cuerpo pero ya no protesta tanto del helicóptero, las mujeres con perros o las calles en general. Se ve que ya se desfoga con el amigo y desde aquí se lo agradezco al tal Hipólito al que no tengo el placer de conocer. Dice el Toni que el Hipólito es un tío majísimo con mucho mundo interior y un gran interés por progresar como ser humano -esto último no sé muy bien a qué se refiere pero no he querido profundizar, por si acaso- que le gusta mucho el monte (ahí te han dado, Toni) y que en cuanto puede se escapa a trepar por los riscos y a hacer avistamiento de pájaros (otro que tal baila). Que parece que se lo han puesto a medida en la barra del bar para aliviarle la angustia.
Pues qué bien, Toni, hijo, eso hay que celebrarlo, vamos a salir a tomar algo. Que de salir nada, que ya sale él bastante y que lo que menos puede apetecerle es volver a la calle y menos ahora que su amigo le ha dado una idea. Resulta que el Hipólito tiene un blog (qué extraño) donde enseña sus avistamientos y que por qué no se abre él otro contando sus vivencias de camarero. Y dice que sí, que total es gratis y no pierde nada, que se va a poner ya mismo y que lo va a llamar «El blog de un camarero. Aventuras detrás de una barra». Se me han puesto los pelos de punta y no es que tema yo a la competencia pero éramos pocos y parió el Toni.
Posdata: pobre Toni, acabo de darme una vuelta por la red de redes y madre del amor hermoso la de blogs de camareros que circulan…Por poner solo unos ejemplillos: El mejor mozo del mundo, Historias de un camarero decadente, Historias de un camarero zen, Diario de un camarero, El camarero fiel, De profesión: camarero y podría añadir y un largo etcétera pero no lo añado porque es una expresión que me da mucha rabia. Adiós, majos.
¿Por qué no le sugieres al Toni que, en lugar de un blog, ponga una boutique para perros?
Aunque sea sólo por oirle.
Jajaja, yo creo que ahí sí hay nicho laboral, como diría la Esme