Día: 6 de marzo de 2014

Buen tiempo, mal tiempo

Estábamos desayunando cuando se me ocurre decir la siguiente frase inocente: qué buen día hace hoy, ¿verdad, Toni?

Que si quiero picarle ya desde por la mañana.

Pues no, es que estoy contenta porque hace sol y buen tiempo, solo eso.

Que a qué llamo yo buen tiempo porque eso de bueno o malo es muy relativo y muy discutible.

Hombre, yo llamo bueno a lo que todo el mundo, a que no llueva, a que no haga frío ni vendavales, a que luzca el sol.

Al asco, sentencia él con la boca llena de tostada. Traga y sigue: para mí buen tiempo es todo lo contrario porque me gustan los días de fenómenos atmosféricos cañeros y en los que la gente, asustada, se queda en sus casas. Me gusta que me de el frío en la cara y que llueva y que truene. Eso es el buen tiempo para mí y lo que tu dices es el anticiclón soso, aburrido y repugnante. Y como alguno de los del bar suelte un diminutivo de esos, me lo cargo.

Pero, ¿qué dices, loco?, y ¿de qué diminutivos hablas?

Solecito, terracita, agustito, por ponerte tres ejemplos. Y de veranito ya ni hablemos.

Pues a mí todo eso me gusta.

Ya sé que a ti te gusta pero como tú sabes que a mí no, porque lo sabes, ¿para qué me lo dices?, ¿para fastidiar?

Que no, es que me ha salido espontáneo, sin pensar.

Para recordarme todo lo que me estoy perdiendo por no estar en el pueblo, la de monte que estoy dejando pasar, allí no te digo yo que no me guste el anticiclón pero aquí….las calles huelen peor, el aire se contamina más, todo se llena de gente ansiosa de no se sabe qué, que se sientan en esas terrazas tan contentos de que el tubo de escape del autobús les pase por encima de las patatas fritas. No entiendo a la humanidad, cada día menos.

Eres un exagerado, Toni, y no te pongas así que te va a sentar mal el café.

Y encima me has quitado a Pessoa, justo cuando más lo necesitaba.

Ya te compraré yo otro Libro del desasosiego solo para ti, Antonio Zacarías.

Me mira con rabia porque su nombre completo no le gusta y me advierte por encima de la taza, los pelos de las cejas todos erizados: pues que sepas que este tiempo de primavera es muy engañoso, promete cosas que luego no cumple, hace creer que van a pasar algo nuevo y  maravilloso pero luego lo único que pasa es que un día sucede a otro y que, al final, llega el verano con sus calores horripilantes.

Tú si que sabes dar ánimos por las mañanas, le digo recogiendo los cacharros mientras él mira al techo enfurruñado y me comunica:

Ah, no te lo había dicho, mañana por la tarde me voy de avistamientos con el Hipólito. Hasta el domingo no vuelvo que tenemos mucho trabajo de campo atrasado.

Trabajo de campo, se pone, tendrá morro. A este paso me voy a tener que meter yo también en un chat de esos de buscar novio, como la Esme. Voy a ir pensando el nick, por si acaso.

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