Día: 4 de septiembre de 2014

Llegará

Mi deseo, el de largarme cuanto antes de Villa Peligrosa y sus alrededores, me ha sido concedido. Alguna ventaja tenía que tener que tu jefa sea un hada. Aunque espero que no me pase como al amigo de doña Margarita, el señor Bernhard, que cuando estaba en el campo no lo podía soportar y quería irse a la ciudad y cuando estaba en la ciudad quería marcharse al campo. Solo estaba contento durante el trayecto pensando que la felicidad le esperaría en su destino. Poco de esperar a nadie me parece a mi la doña felicidad.

Bueno, no creo que a mí me pase eso, yo no soy escritora atormentada, ni siquiera soy escritora aunque no pare de escribir. Si acaso escribiente o escrituranta que es una mezcla de escritora y lianta.
Total, que me he puesto a hacer maletas, a recoger por aquí y por allá con la Pili detrás lloriqueando y moqueando.
Ay, qué pena me da que os vayáis, ¿con quién voy a hablar yo ahora?, esto se queda mu triste, sin el niño, sin la sita Patricia aunque, dices tú, ella mucha conversación no da, es mu suya en general. El invierno aquí es mu duro, el viento, la lluvia, la nieve, ni un alma. Menos mal que tengo a mi niño Jesús, no te olvides de darle un beso antes de irte que él es mu sentido.
Tranquila, Pili, que para el invierno todavía falta mucho, le digo por animarla y para que deje de blandir el palo cual samurai de los montes.
Falta mucho pero llegará, se escucha la voz del Joseán desde detrás de los parterres porque eso que tienen en el jardín tienen que ser parterres.
Siempre llega, vaticina certero.
Como la muerte, añade la Pili por alegrías, como la muerte.
Esa también, asoma la cabeza el Joseán, esa no falta nunca, a cumplidora no le gana nadie.
Llegará, llegará, se me ha quedado grabado. Eso y la musiquita de un anuncio de reparación de lunas de coches. Carclás cambia, Carclás repara, llegará, llegará. Y así todo el viaje de vuelta, curva tras curva.

Anuncio publicitario