Ir al contenido

El blog de una empleada doméstica

Aventuras de una chacha

  • Sobre mí

Evavill

septiembre 2014
L M X J V S D
1234567
891011121314
15161718192021
22232425262728
2930  
« Ago   Oct »

Archivos

  • abril 2021
  • marzo 2021
  • febrero 2021
  • enero 2021
  • diciembre 2020
  • noviembre 2020
  • octubre 2020
  • septiembre 2020
  • agosto 2020
  • julio 2020
  • junio 2020
  • mayo 2020
  • abril 2020
  • marzo 2020
  • febrero 2020
  • enero 2020
  • diciembre 2019
  • noviembre 2019
  • octubre 2019
  • septiembre 2019
  • agosto 2019
  • julio 2019
  • junio 2019
  • mayo 2019
  • abril 2019
  • marzo 2019
  • febrero 2019
  • enero 2019
  • diciembre 2018
  • noviembre 2018
  • octubre 2018
  • septiembre 2018
  • agosto 2018
  • julio 2018
  • junio 2018
  • mayo 2018
  • abril 2018
  • marzo 2018
  • febrero 2018
  • enero 2018
  • diciembre 2017
  • noviembre 2017
  • octubre 2017
  • septiembre 2017
  • agosto 2017
  • julio 2017
  • junio 2017
  • mayo 2017
  • abril 2017
  • marzo 2017
  • febrero 2017
  • enero 2017
  • diciembre 2016
  • noviembre 2016
  • octubre 2016
  • septiembre 2016
  • agosto 2016
  • julio 2016
  • junio 2016
  • mayo 2016
  • abril 2016
  • marzo 2016
  • febrero 2016
  • enero 2016
  • diciembre 2015
  • noviembre 2015
  • octubre 2015
  • septiembre 2015
  • agosto 2015
  • julio 2015
  • junio 2015
  • mayo 2015
  • abril 2015
  • marzo 2015
  • febrero 2015
  • enero 2015
  • diciembre 2014
  • noviembre 2014
  • octubre 2014
  • septiembre 2014
  • agosto 2014
  • julio 2014
  • junio 2014
  • mayo 2014
  • abril 2014
  • marzo 2014
  • febrero 2014
  • enero 2014
  • diciembre 2013
  • noviembre 2013
  • octubre 2013

Entradas recientes

  • Cien ojos emplumados
  • Lloro por ti, Atalanta
  • Por eso las moras son negras
  • Oh naturaleza femenina, ¡cuán grandiosa eres!
  • El hombre que se comió a sí mismo

Monólogo de uno

Escrito por evavill

Siempre me pasa lo mismo, no sé entonces de qué me asombro pero sigo asombrándome como si no me hubiera pasado nunca. Vuelvo con buenas intenciones, quiero no enfadarme, no deprimirme, empezar con buen pie pero no puedo. La fealdad está por todas partes, las calles sucias, negras, llenas de excrementos caninos, de basuras tiradas por cualquier parte. El olor a meados, el calor que cuece todo ello en una sopa pestilente con muchos tropezones, demasiados tropezones. Yo también doy tropezones, una y otra vez y siempre en los mismos sitios, como si no aprendiera, es que no aprendo, podría vivir mil años y seguiría haciendo las mismas cosas, cometiendo los mismos errores, incapaz de escapar de mí mismo.

Y la falta de horizontes, me ahogo en este piso desde el que no se ve el cielo, sin árboles, sin pájaros, sin la silueta de un monte que me cobije, con todo el ruido del vecindario volcado dentro, cubos y cubos me echan encima con todos sus detritus sonoros, las motos, los coches, los autobuses, las pandillas de borrachos que surcan la noche. No puedo dormir y mañana vuelve Eva. Debería ir a la compra, no puedo, debería ordenar la casa, no sé por dónde empezar, nos falta espacio y se nos amontonan los objetos, parece que se reproducen dentro de los cajones. Cosas y cosas, me agobian las cosas. Quisiera no tener cosas, no necesitarlas. Quisiera no necesitar nada.
Luego me acostumbro, cuando los días van pasando ya nada me parece tan feo ni tan insoportsble, me olvido de que hay otro sitio donde me gustaría vivir, me acostumbro, me olvido. Pero es que no quiero acostumbrarme ni olvidarme, es triste ser un hombre acostumbrado, apelmazado por la costumbre. ¿Y por qué está siempre esa mujer en la calle?, la señora fea del perro feo. Salga a la hora que salga y vaya donde vaya me la encuentro. Parece una burla del encargado de la escenografía. Pues me vuelvo a casa, no voy a la compra. Todo me parece a veces una burla, una broma de mal gusto, de muy mal gusto. Menos Eva. No sé cuánto tiempo podrá vivir con alguien como yo, tan distinto a ella. Puede que tenga la esperanza de cambiarme pero eso no ocurrirá, ni aunque viviera mil años, igual que tampoco me voy a volver alto y rubio.

Share this:

  • Twitter
  • Facebook

Me gusta esto:

Me gusta Cargando...

Relacionado

septiembre 7, 2014septiembre 7, 2014 · Publicado en Pareja · Etiquetado costumbre, domingo, encerrona, monólogo, Vuelta ·

8 comentarios en “Monólogo de uno”

  1. maderadebloj dice:
    septiembre 7, 2014 a las 4:40 pm

    Parece que el Toni anda algo bernhardiano…

    Es lo que tienen las tardes de domingo.

    Responder
  2. evavill dice:
    septiembre 7, 2014 a las 5:03 pm

    Sí, así anda, y eso que no ha leído a Bernhard. Es que la vuelta a Madrid para algunos seres agrestes pero también delicados puede resultar muy dura.

    Responder
  3. patricia dice:
    septiembre 8, 2014 a las 8:17 am

    Es difícil encontrar el equilibrio entre la no conformidad y el no acostumbrarse y el tratar de no perder la alegría mientras uno consigue una situación vital más conforme a la deseada… está bien escuchar al Toni.

    Responder
    1. evavill dice:
      septiembre 8, 2014 a las 8:49 am

      Lo malo es que se corre el riesgo de no ser nunca feliz porque la situación vital deseada no siempre llega o cuando llega se tuerce otra cosa.

      Responder
      1. patricia dice:
        septiembre 8, 2014 a las 9:48 am

        Sin ese equilibrio estamos abocados a la infelicidad, pobres sísifos. Pero igual que es muy fácil escribir acerca del equilibrio, de tratar de mejorar sin dejar de sentirnos afortunados por lo que somos y tenemos, etc, etc… el alcanzarlo es difícil. Los equilibrios son escurridizos e inestables 🙂

  4. Soros dice:
    noviembre 7, 2016 a las 2:55 pm

    Te mando el testimonio de otro desesperado:
    http://sorozs.blogspot.com.es/2013/08/x-el-renuncia-el-maniatico.html
    No sé si tendrán puntos en común.

    Responder
  5. Soros dice:
    noviembre 7, 2016 a las 3:28 pm

    La historia que me dices tiene muchos capítulos y se llama El Renuncia.
    Empieza en este:
    http://sorozs.blogspot.com.es/2013/01/i-el-renuncia-vocacion-la-renuncia.html
    Luego si le das a “entrada más reciente” puedes ver las que siguen.
    Gracias por tu comentario en mi blog.

    Responder
    1. evavill dice:
      noviembre 7, 2016 a las 9:04 pm

      Mañana las leo, hoy ya llegué tarde.

      Responder

Responder Cancelar respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Gravatar
Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. ( Cerrar sesión /  Cambiar )

Google photo

Estás comentando usando tu cuenta de Google. ( Cerrar sesión /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. ( Cerrar sesión /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. ( Cerrar sesión /  Cambiar )

Cancelar

Conectando a %s

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios .

Navegador de artículos

« Llegará
Una y uno »
Crea un blog o un sitio web gratuitos con WordPress.com. de Mel Choyce
Privacidad & Cookies: este sitio usa cookies. Al continuar usando este sitio, estás de acuerdo con su uso. Para saber más, incluyendo como controlar las cookies, mira aquí: Política de Cookies.
A <span>%d</span> blogueros les gusta esto: