Que te vengas para el pueblo pero ya, deja esos trabajos tan ridículos que tienes y vente que el bicho anda suelto. El Toni que no venga, el Toni que se quede.
¿Te refieres al eb..?
Calla, no digas el nombre que es muy contagioso, pues claro que me refiero a ese, que se ha saltado todos los protocolos y circula a sus anchas.
Que no, que el que se ha saltado los protocolos no es el virus, son las personas.
Me da igual, además que no sé lo que es un protocolo pero no me gusta cómo suena, ¿tú sabes lo que es un protocolo? Venga con el protocolo parriba y el protocolo pabajo todo el santo día. ¿Qué será eso?
Pues es un comportamiento que hay que tener y que…
Que me da igual, tú te vengas y ya está, no me gusta lo que está pasando, si eso parece ya una película de esas de catástrofes que tan bonitas son de ver desde el sofá. Árboles que se caen, bichos malignos, tarjetas oscuras…
Querrás decir opacas.
Y qué más da, tampoco sé lo que significa pero bueno no es. Y además está lo del perro, he oído que la gente se manifiesta y todo para que no maten al perro, ¡qué alpargatos!, me dejan a mí a ese perro y, vamos, me dejan a mí todos los perros…mira, ahora sí se despierta tu padre, es oír perro y resucita de entre los muertos. Tranquilo, hombre, que al Pancho todavía no lo voy a sacrificar. Está el mundo muy mal, pero mal, mal, pobre la Ariadne Manuela, el panorama que se va a encontrar. Y tú te vienes, ¿cuándo vienes, te apunto ya a la Peña Leticia? A tu amiga la Natalia la ha apuntao su madre, tú no vas a ser menos.
Es que aquí tengo mi vida, no me quiero ir.
Pero, ¿qué risión de vida es esa?, hazme caso, no le digas nada al Toni, preparas la maleta cuando se marche al bar y cuando vuelva tú ya no estás. Ni te lo pienses, estás a tiempo de salvarte, del bicho ese y de todo lo demás. Haz caso a tu madre que la mayoría de los males vienen por no hacer caso a las madres. Ale, que te guardo unas croquetas con los restos del cocido que hice ayer. Que qué hay hoy, pregunta tu padre. Que hartita me tiene con las comiditas, tengo la cabeza llena de menús, ¿tú no?