No importa las tonterías que digas o difundas, hay un sistema infalible para colar las mayores estupideces y que suenen hasta bien. La frase mágica es: según un experto. No hace falta precisar en qué es experto ese experto tan experto. Él es experto, tú no. Tú eres ciudadanía.
Y si no sólo lo ha dicho un experto sino un grupo de ellos, mejor aún. Esos grupos de expertos son muy misteriosos, te imaginas a unos señores en torno a una mesa debatiendo con mucha seriedad y mirando con desdén desde una ventana muy alta a la ciudadanía que pulula por abajo, perdida, despistada, sin rumbo, muy necesitada de asesoramiento expertil.
Ejemplo de la actualidad: en Madrid se caen los árboles, ya tenemos a nuestro grupo de expertos reunidos para dilucidar el por qué. Mientras ellos debatían, un pino burlón se tiró de golpe al suelo pero eso es cosa del pino. Conclusión de la reunión: no se sabe por qué se caen eso es como preguntar por qué se muere la gente, la gente se muere de muerte y los arboles se caen de caídas, según los expertos. (Ahora la frase sigue sonando tan ridícula como antes del «según los expertos» pero ya dudas si es problema de tu ignorancia).
Advertencia que hace el grupo: si te vas a tumbar en una pradera (¿tumbarse en una pradera en otoño y con el suelo empapado?, es raro pero si ellos lo dicen…) y observas que el árbol sobre el que piensas recostarte está torcido y presenta oquedades, abandona tu intención de reposar, sal corriendo y da aviso. (A quién tienes que dar el aviso no se precisa, tú sabrás que tampoco te lo van a dar todo masticado).
¿Te parece una estupidez como la copa de un pino (caído) que podría haber dicho cualquiera, tú mismo, tu vecino del tercero,sí,ese,el que tiene cara de tonto, sin ser experto? Típico de la ciudadanía, no tienes remedio.