Mes: enero 2015

Estupefacta

Ahora el Jacobín se ha empeñado en ir cada mañana a su guardería multilingue último modelo empujando un carrito para muñecos que le trajeron los Reyes. Qué mono, dice su madre mirando con arrobo a su tierno infante ataviado con un gorrito de orejas y sujetando el carrito con aires de gran responsabilidad.
La pobre cree que su hijo se está preparando para ejercer en el futuro una paternidad responsable y conciliadora. No la quiero desengañar pero mucho me temo que sus intenciones son otras.

Ya en el ascensor y libre de la mirada materna, arroja con saña al suelo el muñeco que la Patricia le ha colocado dentro del carro y lo pisa con sus botitas una y otra vez, con método. Una vez que salimos a la calle, yo portando el muñeco maltratado en brazos, el Jacobín se pone a practicar sus verdaderas aficiones: lanzamiento de bólido cuesta abajo, simulación de accidentes haciéndolo chocar contra los coches aparcados, estampamiento contra muros y paredes, atropellamientos de piernas y aplastamiento de excrementos caninos al grito de «otra caca, ¡biennnn!

Cuando sumamente estresada yo y adrenalínico perdido él llegamos a la puerta de su centro educativo de élite, tengo que luchar fieramente por arrebatarle su juguete al que se aferra como un niño poseído. Es tan agotador el trayecto que me veo obligada a recalar en el parque para recobrar las fuerzas.

En esas estaba hoy, en lo de ir a quejarme un rato de lo dura que es la vida de cuidadora de niños altamente testosterónicos,  cuando veo a mi amiga, hoy sí era ella y no su padre, machacándose a selfis.

¿Qué haces, Esme, y por qué pones esa cara tan rara?

Pues qué voy a hacer, lo que todo el mundo, inflingirme un selfi, la penitencia moderna . Y no es cara rara, es de sorpresa, lo que se lleva. Atrás quedaron los morritos de adolescente tontorrona, afortunadamente.  Esta cara tiene la ventaja de que te hace los ojos muy grandes y con la boca abierta se te borran las arrugas. Mira, así, me voy a hacer otro aquí delante de nuestro castaño de referencia. Ahora otro desde dentro del quiosco, ahora sentada en el banco, ahora….

Bueno sí, para, para, que las posibilidades son infinitas pero yo venía a contarte que menudos trayectos a la guardería me da el Jacobín, mira que yo no soy nerviosa pero es que este niño consigue alterarme.

Como todos, los diseñan para causar alteración, te lo dice una madre experimentada, y lo malo es que perdura en el tiempo, y en el espacio. Vamos, que no se pasa. Te alteran y te alteran y te siguen alterando. Pero no me hagas hablar de hijos que vengo calentita, ya les he dicho, seguid así que cualquier día de estos me voy…..y no me volvéis a ver, me contestan terminándome la frase en toda la cara.

Voy a hacerme otro selfi de sorpresa total, como queriendo expresar: no doy crédito, ni a lo que te acabo de contar ni a nada. Y es que es verdad, refleja totalmente mi postura ante el mundo porque a ti, cuando sales a la calle por la mañana o cuando pones las noticias o cuando estás en tu casa con el Toni,¿no se te pone, aunque sea por dentro, esta misma cara de pero qué ven mis ojos, esto es increíble, alucino en colores, me pasmo y todo eso?

No sabría decirte, bueno a veces sí pero tampoco siempre.

Yo siempre pero siempre. Venga, no seas muermo y hazte uno conmigo poniendo la cara de que no nos podemos creer nada de lo que vemos y vivimos.

Mejor no, que llego tarde y la próxima vez avísame de que tienes un padre. Qué susto ayer.

¿Ves? Lo que te digo, se te puso la cara de máxima actualidad. Me voy a echar otro apoyada en la fuente. He salido tal cual, como me siento, como estoy: totalmente estupefacta.

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Supervivientes

Me marcho a la peluquería, igual tardo un poco que voy a darme mechas, nos anuncia la doña Repolluda.

La suerte nos es propicia, doña Marga, mientras ella acaba con las existencias mundiales de laca, nosotras nos escapamos al parque y así le presento a la Esme que como ayer me presentó usted a la Emily, pues por corresponder.

Ah, ¿también escribe poesía?, me pregunta ingenuamente.

No, ella es más de novela súbita.

Pero la doña Marga ya no me hace caso porque en cuanto sale a la calle le entra ansiedad por mirarlo todo, que si la luz, que si los árboles,  que si las fachadas, que si qué niño más gracioso, que si que perro, que si qué farola. Lo que es la observación al detalle del entorno urbano y sus habitantes.

Total que hemos llegado al parque y según nos vamos acercando al quiosco veo….pero qué veo, pobre Esmeralda, algo le ha debido de pasar, un disgusto de los gordos, de esos que te echan de golpe treinta años encima, está horrorosa y con bigote.

Nos acercamos más, yo con miedo de hallarme ante una tragedia de dimensiones internacionales, cuando me percato, no sin cierto alivio,  de que ese ser  no es la Esme sino un señor viejo.

¿Quién es usted y dónde está Esmeralda?, si se trata de un secuestro exprés no se haga ilusiones, la Esme no tiene un duro y todavía no es famosa, ha pinchado en hueso.

Sooooo, soooooo, me contesta él confundiéndome con una acémila. ¿Dónde vas con el cabás, muchacha?, así que conoces a mi Esmeralda, es una de las tres joyas de mi corona, las otras son la Rubi y la Perla.

Pobre Esme, ha caído, añosa y todo, en las redes de la trata de mujeres, tanto que quiere ella que le pasen cosas y justo cuando le pasan son de esta calaña.

Deje en paz a la Esme, viejo proxeneta,que ella no es de esas, por mucha diosa Afrodita que lleve en su interior.

Sooooo, muchacha, sooooo, sin faltar, que la que me tiene que dejar en paz es ella a mí que ya le he dicho yo, una tarde vale, pero no te hagas ilusiones de que voy a venir mucho más. Es que cuando no me toca ir a recoger a los niños de la Perla, me toca hacerle la compra a la Rubi. Y ya les he advertido: no abuséis tanto de vuestro anciano padre que lo que me quede de vida lo quiero aprovechar con el mus y las mareas ciudadanas, y no haciendo de yayo. Apañaos estaríamos, toda la vida trabajando para que luego te expriman las hijas. ¿A que a usted tampoco le gusta hacer de yaya?, le pregunta a la doña Marga.

Sea lo que sea eso, definitivamente, no. ¿No tendrá un cigarrillo?

Sí tengo aunque la Esme me ha dicho que no fume dentro del quiosco, dice que es un espacio libre de humo pero si le quitamos lo del final ,se queda en espacio libre, oseasé que podemos fumar. Tenga, señora.

¿Cuántos años cree que tengo?, le reta doña Marga expulsando el humo con gran maestría.

Muchos, mujer, como yo, unos ochenta y pico. Véngase a la próxima marcha por la dignidad, aquí me la tengo apuntada, es en defensa de…espere que no veo.

Tengo ciento dos, proclama ella orgullosísima, podría usted ser mi hijo. Qué tarde maravillosa, añade entre caladas y carcajadas. Porque si algo le gusta es presumir de supervivencia.

Que no, que no, que no nos representaaannn, se me pone a cantar el otro sin venir a cuento.

La Emily

Pasa, guapa, pasa, me abre la puerta la doña Repolluda con cara de contrariedad. Mira, bonita -me dice a continuación- mi tía tiene la tarde torcida, si consigues enderezársela daré por bien empleado el dinero que te pagamos por estar sentada porque, como le digo yo siempre, ¿por qué no la pones a formar croquetas o a planchar un poco mientras te da conversación? Que aproveche  el tiempo y se gane el sueldo. Pero ella dice que no, que te quiere única y exclusivamente de dama de compañía, rarezas vendo y para mí no tengo.

Eso son consejos pero, bueno, no me voy a meter a enmendarle los refranes y voy directa a lo que de verdad me interesa: ¿ y qué es lo que le acaece a  la doña Marga?

¿Por qué hablas así, a qué viene ese acaece?

Las palabras son gratuitas y se puede usar una gran variedad de las mismas sin recargo alguno.

Lo que me faltaba, la ilustre fregona, me suelta tocándose el peinado crujiente de laca.

No sé si pretendes tomarme el pelo, guapita (de guapa me ha degradado a guapita) pero si esa es tu intención te advierto que a mala parte vas porque de mí no se ríe nadie y menos una empleada. Y a mi tía no le pasa nada: que es muy caprichosa, como lo ha sido toda su vida, que tiene un genio tremendo, como lo ha tenido siempre, y que quiere hacer lo que le da la santa  gana y eso, a su edad, no puede ser.

Pues precisamente a su edad ya se ha ganado la libertad, digo yo.

Contigo no voy a debatir,  como comprenderás, cada una en su sitio: pasa a la sala, entreténla como puedas y ni le menciones la palabra paseo, está empeñada en salir con el frío que hace pero de eso, nanay.

Nanay, será ridícula y luego se extraña de acaece.

Doña Marga, ya estoy aquí.

Aquí, aquí, siempre aquí, dice ella marcando los aquís con bastonazos al suelo. No me deja salir…con la tarde tan preciosa que hace  y las pocas tardes que ya me quedan y no es tan fría como ella dice. Yo quiero salir, quiero ir a dar una vuelta por la calle, mira, si me he puesto la chaqueta de los dinosaurios que está acolchada por dentro. Toca, toca, esto abriga muchísimo. Venga, dale la vuelta a la silla y sácame un rato que hasta la muerte, todo es vida.

Bueno,  lo intentamos pero me parece que está haciendo guardia. Me asomo  por el pasillo y compruebo que sí, que está como un pasmarote hablando por teléfono junto a la puerta de salida.

Esta ahí, doña Marga, no podemos salir.

Bueno, pues saca las botellas y el tabaco.

Rebusco en el mueble de siempre pero solo hay cajas de medicinas.

Me lo ha escondido, estoy segura, pues qué panorama tenemos más aburrido. Vamos a tener que recurrir a la ficción, ya que la realidad se nos pone en contra. Ten, lee un poco de esto.

Le advierto que la poesía se me ha atragantado un poco últimamente, le digo observando que el libro que me ha dado es de poemas.

Esta te va a gustar, te presento a la autora, es mi amiga Emily.

Encantada, maja, saludo educadamente abriendo las páginas del libro «La soledad sonora». Se titula así, (otro título que ya tampoco puede usar la Esme), a ver con quién me encuentro.

Personne

Para no variar, el Toni ha salido por patas este fin de semana. Le llamó el Hipólito para irse de avistamientos y como por ensalmo todos los dolores de su cuerpo serrano se desvanecieron.  Lo mismo va ser el Hipólito un chamán de esos que es ponerle las manos a uno encima y se le van todos los males.

La Esme dice que no, que esa cualidad no la tiene, que a ella le duele muchas veces la espalda y  por no saber no sabe ni dar un buen masaje y que habla que no calla y de todos los tipos de temas. Podría haber sido tertuliano pero cada uno tiene su destino y su padre tenía un taxi. Estaba, lo que se dice, abocado.

Abocadas estamos también la Esme y yo a pasar juntas el fin de semana o finde, ahora que no me oye el Toni. No entiendo por qué le altera tan inocente  apócope pero así es. La Esme pretendía aprovechar nuestro ocio para ir ideando proyectos susceptibles de crowfundizarse pero me he negado. Hay que saber desconectar, le he dicho,  tenemos derecho a unas vacances .

Anda, ¿pero tú has estudiado francés?

Un peu y con eso te lo digo todo, la elegí de optativa por si te interesa saberlo.

No me interesa porque ahora mismo estoy pensando en otra cosa, en la entrevistita, que me tiene loca.

No me digas que vas a ir a una entrevista de trabajo.

No, yo ya tengo el quiosco y aunque lo odio me resulta cómodo porque soy mi propia jefa y pienso seguir siéndolo, ya no estoy para aguantar presiones de nadie, si salgo de aquí, que voy a salir, tiene que ser por la puerta grande y no como una vulgar empleaducha, comprenderás.

Comprendo o je comprends pero entonces no sé de qué entrevista me parles.

¿Quieres dejar de hacer el chorra con tus rudimentos de francés que me estás poniendo nerviosa? Es que, mira, estoy preparándome ya las respuestas para cuando me hagan la entrevista en la radio o en un periódico o en otros medios de comunicación de masa o mass media, que yo también sé idiomas.
Tengo unas respuestas de un ingenioso que hasta me sorprendo a mí misma. A veces me voy riendo yo sola por la calle de la gracia que me hago, como si estuviera loca.

Como si estuviera, se pone, en imperfecto de subjuntivo, y lo suyo es un presente de indicativo como una catedral. Porque ahora ya sé cuál es el trastorno mental que la aqueja, se trata de la megalomanía y no tiene cura que lo he buscado en google.

¿Y cuál es el motivo de que te vayan a entrevistar?, le pregunto con la sana intención de hacerla aterrizar pero ella sigue en su personal vuelo sin motor.

Pues  por la novela o  por alguno de mis emprendimientos innovadores y revolucionarios, por mi labor como voluntaria entregadísima o por haber hallado los huesos de Cervantes como en su día me propuse.

Creo  que a esto último llegas demasiado tarde, ya los han encontrado.

Mierda listillos, siempre se me adelantan. Es lo que pasa por carecer de medios, estás en inferioridad de condiciones.  No importa, no cejo en mis empeños, esa es la clave del triunfo, no cejar. Eso lo pienso contar en la entrevista, que me he caído cien veces y otras cien me he levantado, no está mal como titular,se lo voy a sugerir al periodista que lo de crónica de un triunfo anunciado ya está muy visto. Bueno, voy a seguir preparándome la entrevista porque, tarde o temprano, llegará.

Para la foto, ¿qué lado te gusta más, o mejor de frente?

Todos tus perfiles son buenos, Esmeralda, tú das bien te pongas como te pongas. Para qué le voy a llevar la contraria si es mi amiga y no tiene remedio. ¿Es que, acaso, alguien lo tiene? Personne, me parece que es (en francés) la respuesta correcta. Y en español también.

Días logrados

Con cuánto esmero y dedicación amanecen  puestos determinados días.  La luna diurna en su sitio, colocada en una esquina del escenario, los árboles en el suyo con las ramas muy bien extendidas  mecidas por la brisa justa,  el sol en el centro repartiendo una luz perfectamente graduada, ni tan resplandeciente que vuelva grosero lo que ilumina, ni tan tenue y débil que lo desluzca.

Felices se sienten  los cuerpos desplazándose por esos días , ligeros y adecuados, llenos de sentido, idealmente colocados también ellos y con la sensación de que  se dirigen hacia algún lugar, que van a desembocar en otro espacio perfecto y por fin duradero.

Puede que eso suceda alguna vez, no hay que perder la esperanza, pero de momento es sólo el espejismo que encierra todo día logrado porque ya se ha caído en el siguiente que se presenta despeinado y en desorden, con todos los trastos por medio. El que tanto se aplicó ayer con los diseños, hoy está cansado y no tiene ganas de andar colocando lunas y ajustando brisas.

(Cuaderno de doña Marga)

Mi madre por teléfono (13)

Eva, soy tu madre. Por aquí bien, aguantando el nevarrón ¿Y por ahí?

Bien también, aquí no ha nevado.

Dile al Toni de mi parte que se venga para el monte, que ahora es buen momento para hacerse una excursión.

¿Pero con este frío?

Precisamente, una buena hipotermia es lo que le conviene a ese maula. Y nada de llamar a los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado para que vayan en su rescate, que tendrán cosas mejores que hacer los muchachos. Lo bien que te ibas a quedar, un poco de pena al principio pero el tiempo lo cura todo.

Mucho que vas a misa pero siempre le estás deseando la muerte al Toni.

Huy, hace que no voy…, este cura nuevo me aburre con tanto sermoneo, que hay que ser buenos, que hay que amar, si eso ya es sabido, así que rezo yo por mi cuenta a mis santos preferidos, le voy a poner una vela al san Expedito para que te abra los ojos y te oriente en el camino de tu vida. Para que dejes ya a ese mastuerzo. Concédele a la Eva el deseo de conseguir el amor en alguien que la quiera y corresponda y se case con ella por la Iglesia, claro. Tú que todo lo puedes y consigues haz que…

Deja de decir tonterías, anda.

Tonterías tu madre, tu madre no dice tonterías, me has interrumpido el rezo y ahora no vale, lo tendré que empezar luego. El arcángel Chamuel también me gusta para estos menesteres, luego veré a quién me dirijo. Pero, cambiando de tema, qué bien que hayan soltado a ese hombre tan majo que sale por la tele, el de la cárcel, el que va peinao patrás, así, mu bien plantao. Me alegro. Dicen que ha hecho una colecta.

Pero cómo te vas a alegrar de que suelten a un ladrón

Anda, anda, con esa corbata poco habrá robado. La Feli quiere que su hijo haga lo mismo, que salga por la tele pidiendo dinero para la fianza pero ya le he dicho yo, Feli , a tu hijo cuanto menos se le vea en público, mejor. Menudo pintainas, con esos pelos y esa cara de drogadicto, ¿quién le va a dar dinero a ese? Y mejor que no lo suelten porque vuelve a delinquir. Dice la Feli que está arrepentido pero qué va a decir la madre. Que no y que no, los ladrones a la cárcel de por vida o que no hubieran robado.

Que ese que tú dices también ha robado y bastante más que el hijo de la Feli.

Te digo yo que es otra cosa, que ese hombre con el pelo tan bien peinado muy malo no puede ser, no como el que tienes en casa. Tú dile lo del monte, no te olvides que viene ventisca y hay que aprovechar. Le he dicho a tu padre que se peine patrás también y hasta un frasco de gomina le he comprado, pero no quiere, nunca quiere nada de lo que le digo, si me hicieras más caso todos….Arcángel Chamuel, tú que todo lo puedes haz que mi familia me obedezca y que la Eva no me cuelgue el teléfono como veo que va a hacer. Muy inspirado no estás hoy, Chamuel, que ya me ha colgado.

Proyectos y enganches

Otra vez no, Esmeralda, te he dicho que no me llames en horario laboral.

Calla, lerda, que tengo algo muy importante que decirte

¿Otro libro te envía señales desde un banco?

La que me envías señales eres tú. Te voy a reconocer que me mosqueé bastante cuando vi que escribías de mí, de lo que siento, pienso, digo y hago en la intimidad de mi quiosco. Qué ganas de matarte me entraron, principalmente porque acertaste en casi todo y eso fastidia. Pero bueno, ya te he perdonado, solo me queda un leve rencor que ya remitirá a su debido tiempo.

¿Y eso era lo importante que tenías que decirme, que me odias y me perdonas pero solo un poco?

No, no era eso, es la idea que tú misma me has dado, el crowfunding, nuestra salvación y redención de aquí en adelante.

Ay, madre, para qué habré hablado, o escrito, mejor dicho.

Si es que yo no sabía que eso existiera pero es el plan perfecto. ¿Qué hacemos trabajando cuando nos puede arreglar la vida una panda de pardillos dispuestos a soltar la mosca? Nos colgamos en la red, figuradamente, claro está, que yo todavía no me quiero ahorcar, y pedimos financiación.

Pero, ¿para qué proyecto?

Ah, ¿pero hace falta proyecto? Ya empezamos a jorobar.

Hombre, es que lo otro es pedir limosna, también nos podríamos poner en la puerta del súper o en la boca del metro pero…

Esas esquinas ya tienen dueño pero, además, es mucho mejor lo virtual, llegas a más gente, no pasas frío en invierno ni calor en verano y no se te ve la cara o se ve solo la que tú quieres que se te vea, tu lado bueno, como si dijéramos.  Si un día no te quieres pintar pues no te pintas.

Pero, escucha, Esme, que te digo que hace falta un proyecto que guste e interese y que por eso quieran financiarlo, no es pedir dinero así porque sí, que la gente no es tan tonta.

¿Que la gente no es tonta? Discrepo bastante y tengo más experiencia que tú, por años y por intensa vida social. Pero en fin, si hay que fabricarse un  proyecto para que los peces muerdan el anzuelo, se fabrica. Si eso es lo mío, la ideación por la ideación sin base alguna por debajo que la sustente. Te dejo que voy a ponerme a ello. Y no escribas hoy de mí, ten un poquito de decencia y otro poquito de imaginación, guapa. O mejor, no escribas hoy que te estás haciendo adicta y ya verás cuando lo tengas que dejar, qué síndrome de abstinencia tan malo vas a pasar, que ya no sabes vivir sin tu blog birrioso, suelta ya el chupete.

Mira que llamar birrioso a  mi blog, mira que decirme que estoy enganchada, mira que decirme que tire el chupete con lo rico que está….pues ahora vas  salir en el post. A tú salud, Esmeralda.

Patos sin paracetamol

Cuando empieza a atardecer los veo pasar desde la ventana. Van en formación de uve, atravesando el aire gélido en dirección al sur. A veces desmontan la uve par girar en círculos entrecruzándose unos con otros en un artístico vuelo sincronizado. Alguien que sabe me explica que están aprovechando una corriente de aire para desplazarse sin gastar energía y no jugando como creo yo. Prefiero pensar que juegan, que se divierten un rato, desentumecen los músculos, se relajan antes de volver a trazar la uve y pinchar el cielo.

Me dan envidia esos patos, envidia su viaje por el cielo nocturno, bajo las estrellas, sus rutas por cadenas montañosas o siguiendo las líneas costeras, envidia de su cálido destino. ¿Falta mucho?, preguntará alguno sin esperar respuesta, no hay tiempo para responder y claro que falta mucho, queda un largo recorrido con sedentarios depredadores al acecho y accidentales choques. ¿Quién puso justo ahí ese molino de viento?

Les dolerán las alas,  los picos, las palmeadas patas, las cervicales, tendrán sueño y hambre y alguno puede ponerse malo, ahora más que envidia me dan pena: pobres patos sin paracetamol.

(Cuaderno de doña Marga)

Tendencias

Dice la Noemi que no me tengo que preocupar por estar más o menos gorda porque ahora se llevan todo tipo de cuerpos y que esté atenta, que las voluptuosas (como gusta la Noe de llamarnos) están empezando a ser tendencia. Vamos, que según ella, si no soy modelo es porque no me interesa ese mundo pero que si yo quisiera podría desfilar en las mejores pasarelas dejando en ridículo a todas esas flacas con caras de pena. Lo que no te diga una amiga verdadera para consolarte…

Aunque no sé si era para consolarme o para meterme el rollo; yo quería hablar del Toni pero ella quería hablar de las tendencias, acababa de pegarse un atracón de revistas y tenía que aventar sus nuevos conocimientos.

Yo le decía: es que es muy aburrido, solo abandona el sofá para subirse al monte pero de ahí no le saques y encima es hipocondriaco. Y ella me contestaba: adiós al patrón único de belleza, se llevan también las bizcas y las que tienen los dientes torcidos, estamos de suerte, ser la excepción es la nueva regla.

De suerte estará ella que yo la cara la tengo según los cánones clásicos, o sea, bien, muy poco tendencia.

En realidad lo nuestro de ayer no fue un diálogo sino dos monólogos superpuestos, ella hacía como que me escuchaba pero estaba ansiosa por que yo terminara la frase para colarme la suya, incluso a veces ni me dejaba terminar. Pues como te iba diciendo, me soltaba todo el rato para poder meter cuña oral. Y luego la obsesión que tiene con ver famosos, como que con el frío que hacía y la lluvia que caía iban a estar los famosos dándose vueltas por la Puerta del Sol. Estarían en sus casas, a buen recaudo, con la calefacción a tope y pensando estrategias para mantener la fama, que es muy efímera y frágil y a la que te descuidas vuelves a ser el anónimo pringadillo que siempre fuiste.

Y ella, mira, mira, esa que acaba de pasar es la que hizo esa película tan famosa del Almodóvar, ahora no me acuerdo del nombre ni del título de la película pero sí es, sí, espera, párate que les voy a poner a las del pueblo que he visto a una chica Almodóvar. Oye, si subimos para Callao lo mismo nos topamos con él, con Pedro, que me pega que sea más su zona, estoy segura de que si me ve, me ficha, ya no te digo que de protagonista pero de secundaria sí. No me digas que no soy su estilo total.

Olvídate de estilos y de totales , le digo, y agarra bien el bolso, que ese grupo de mujeres que se nos aproximan me parecen las del clan de las Bosnias, las he visto varias veces en la tele.

¿Son celébritis?, se me pone ella muy ilusionada.

Sí, mucho, por robar carteras, así que acelera el paso y no mires para atrás que nos enfilan.

Y yo: ¿tú crees que el Toni me quiere? Y ella: sí, sí, te quiere mucho lo que pasa es que es muy cenutrio pero como te iba diciendo, también se llevan las viejas, ahora las arrugas, las canas y todo eso son valores en alza. Te lo digo para que se lo cuentes a la Esme y sepa que no lo tiene todo perdido.

Como se entere Esmeralda de estas palabras, la Noemi puede darse  por lisiada, lo que no es problema en el mundo de la moda, que dice ella que se lleva lo que más hacer del defecto virtud. Pura tendencia.

Últimas palabras

A la Esme son los libros perdidos por los parques y jardines los que le envían señales, pero al Toni las señales le llegan vía su propio cuerpo. Si el lunes pasado fue una punzada en una pierna la que le transmitió la señal de que no fuera a trabajar, hoy, la punzada, que tiene toda la pinta de ser migratoria, se le ha aposentado en la mitad del pecho mandándole la señal de….

De muerte,  dice él. Mi cuerpo me avisa de que el final está próximo, de que esto, esta bromita del existir , termina ya y todavía no he hecho nada de lo que de verdad quiero hacer. No he cumplido mi misión, principalmente porque no sé cuál es. Eva, ¿qué hago, me voy a urgencias y lucho  o me abandono a mi destino en este sofá y me convierto en una más de las vidas truncadas que transitan, han transitado y transitarán por este mundo?

Pues hijo, no sé qué aconsejarte, sigue conjugando verbos si eso te divierte que yo voy a llamar a mis amigas, todo el domingo en casa no me quiero pasar que me entra la cosa esa del tedio. Voy a ponerle un guasap a la Noemi ¿salimos a dar una vuelta?, tecleo con celeridad, y ya estábamos quedando cuando un dedo lúgubre golpea mi espalda. Me giro y veo el rostro demacrado del Toni que me insta: vámonos a urgencias, he decidido luchar.

Toni, eres único ideando escapadas para el finde, perdón, fin de semana, que sé que odias la expresión finde. Pero si esa es tu última voluntad…

Total, que nos vestimos y ya estábamos  en el portal cuando el Toni retrocede hacia las escaleras: que no, que mejor no vamos, que no había caído en que el peligro acecha en esas salas de hospital.

¿Qué peligro?

La epidemia de gripe y otros virus mortíferos, no quiero exponerme a más riesgos.

Anda este, pues si te vas a morir, ¿qué más te da que sea de una cosa que de dos? Casi mejor de dos, más completo.

Infartado y con gripe, no quiero ni imaginármelo. Me vuelvo al sofá y si tengo que morir, pues muero, todos tenemos que morir alguna vez, si es hoy, pues que sea, tampoco voy a contradecir a la parca que tiene muy mala leche y si me resisto lo mismo me administra una muerte lenta y de mucho sufrir. Mejor me abandono en sus brazos y dejo que haga conmigo lo que guste.

Oye, que me están entrando celos de la tal Parca que por muy vieja que sea eso de abandonarse en sus brazos tampoco es que tenga gracia, mejor te abandonas en los míos.

Pero se ve que ha preferido a la Parca porque se ha tirado en el sofá y desde allí  se ha puesto a describirme los ires y venires de la punzada migratoria administrados por la pelleja. Que si se pone por aquí pero luego gira y se da la vuelta y que si aquí más que dolor es quemazón, que si baja de intensidad, que si sube, que si viene, que si va. Que sí, que ahora sí, que ya, que llega, que ya siente el estertor final.

Lo que os digo, conmigo no muestra tanta pasión,  celos de la Parca.

Venga, Toni, le propongo por sacarle de tan morbosa situación, ¿por qué no hacemos juntos la respiración consciente del yoga o pranayama, dicho con propiedad, que eso relaja mucho y une a las parejas? Te la enseño, que la he aprendido de ver a la Patricia. Mira, es así,  le indico sentándome a su lado y levantándome el jersey para que aprenda el sistema,  tienes que inflar el abdomen y luego…

Estás más gorda

Hombre, para ser tus últimas palabras no están muy bien escogidas.

A las cinco y media en Sol, nieve o no,  le guasapeo a la Noe con mayor celeridad que antes y un poco de rabia.