Conque esto y conque lo otro

No me he olvidado del Toni y sigue vivo, pese a que ya no aparezca por estos pagos, él, que tanto los llenó con sus gracias y desgracias. Sigue vivo y lector, ese es el problema. No lector de libros, que también leerá alguno,  lector de este blog. ¿Cómo voy a hablar de él si sé que luego lo lee?

Toni, cotilla, ¿cómo voy a hablar de ti? Tu invisible presencia me incomoda, ya no soy libre como fui ¿Cómo voy a hablar de nada íntimo si sé que estás acechando al otro lado de la pantalla?

No puedo. He intentado hacer como los niños: cerrar los ojos y pensar que si no veo, no me ven. No resulta, ya se encarga él de recordarme que sí me ha visto.

Conque la Patricia colorea y busca su niño interior, ¿eh?, me salta este fin de semana cuando le estaba ayudando en su incipiente huerto.  Detuve mis labores hortelanas y le pedí explicaciones pero no me las dio.

Se ríe ladinamente y se calla. Desconozco sus horarios de visita, ni si ha leído mucho, poco o todo, ni si entra habitual o esporádicamente  ni si le parece bien o mal lo que aquí se narra ni si le gusta, le disgusta o le es indiferente.

Cuando ya se me había olvidado, al cabo de las horas, vuelve otra vez: conque la doña Marga confunde un semáforo con un pájaro, conque la Noemi no tiene las diez prendas básicas. Qué rabia me estaba dando.

Digo, Toni, yo no te he dado permiso para entrar en mi blog.  Ya sé que es una tontería decir eso porque desde el momento en el  que empiezas a escribir aquí ya sabes que estás dando un permiso general y que cualquiera puede acceder, incluso ese cualquiera que precisamente menos querrías que accediera.

Porque una cosa es que te lean desconocidos y se hagan la idea de ti que más les guste y otra es que alguien cercano se ponga ciego de informaciones reservadas sin devolver nada a cambio. Es como estar todo el día en pelotas internas, podría decirse, y enseñar lo que no te importa enseñar y lo que, a lo mejor, sí te importa.

Ese es el motivo de que el Toni no aparezca últimamente por aquí y no porque se haya ido al pueblo aunque eso también influye.

Es que, mira, Toni, no tengo ganas de revelarte todo lo que pienso y siento  sobre ti ni quiero que confundas lo que aquí escribo con lo que de verdad pienso o siento, que esa es otra.

Conque no quieres revelar, me dirá después con cara de demasiado tarde, maja, has hablado más de la cuenta y ya nunca me podrás sorprender.

Pues sí, claro que sí, Toni, me has fastidiado, pero que bastante porque ahora me autocensuro  y, además, te has suicidado. Como personaje, claro.

En buena hora no borré el historial de búsqueda en nuestro común ordenador, así fue como me descubrió. Dice que por qué me  he tenido que quedar yo con el cacharro si lo compramos entre los dos. Porque yo lo uso más, la custodia es mía, ¿me estás oyendo? Seguro que ahora no. Típico de él.

Conque típico de mí, ¿eh?

Así no se puede.

34 comentarios en “Conque esto y conque lo otro

      1. Eso, Toni, fastídiate que como dice Sensi, seguro que estás sufriendo lo indecible de tanto mirar.

  1. Como bien dices, que te lean desconocidos no da pudor, pero que te lean conocidos cohibe más. Yo lo asumí desde el primer momento. Aunque tratándose de mi puede que no tenga mucho mérito, no tengo secretos ocultos. Te animo a que sigas escribiendo lo que te de la gana. Cómo era eso que decía: «más sufre el que mira que el que enseña».

  2. No todos nos exponemos en la misma medida, pero que me preguntaran a quién me había cruzado en una cafetería después de haber publicado un poema de amor a primera vista, te haces a la idea de que gente conocida puede que te lea sin saberlo y piense que sus conclusiones son certeras, pero no.
    Te recuerdo que tenemos la licencia de cualquier autor de inventar, crear y comentar de nuestros personajes lo que nos plazca, sean detalles verídicos o no.
    Creo que no he leído nada de ese personaje aún pero los autores dan protagonismo a quiénes quieren. 😉

    ¡Cómo te entiendo cuando mencionas que te da la impresión de mostrarte más de la cuenta! También, al principio, me parecía estar al desnudo cuando enseñaba mis poesías, ya mucho menos; será que me acostumbré al nudismo de versos.

    Un abrazo.

    1. Lo malo de que te lea alguien que te conoce es que se suele tomar lo que escribes muy literalmente y eso puede llevar a confusiones. A veces es cierto que es literal pero otras nada o solo a medias.Y en cuanto a lo del nudismo, tienes razón en que te acostumbras y pierdes el pudor. Creo que todavía no lo he perdido del todo, estoy en esa fase que no sé si volverme a tapar o quedarme asi para siempre. Pero tapada no me gusta escribir, hace calor 😉

  3. No sabes como te entiendo, eh aquí el porque del anonimato, de un pseudónimo y una foto de perfil que no es más que un dibujo, porque contamos nuestra vida a los cuatro vientos pero yo al menos, soy incapaz de descubrirme, de retirar el telón y que me vean los de alrededor.
    Nadie que me conoce creería todo esto que escribo, nadie. Me pasaría como a esa gente que ha hecho algo grave y los que le conocían dicen al ser preguntados él/ella IMPOSIBLE.

    Mucho ánimo, empatizo contigo en cada palabra, borra al Toni del blog, no lo nombres más y ya está pero por dios, no dejes de escribir!

  4. Jajaja, se ha borrado él solo queriendo o sin querer. Por suerte nadie más conocido, que yo sepa, entra por aquí, solo al principio un par de amigas pero se aburrieron y se fueron (capullas, ahora que no me oyen). Me ha hecho gracia eso que escribes de «imposible», me imagino a las vecinas en bata diciendo, «si era muy normal, nos saludaba siempre, nunca sospechamos que pudiera hacer algo así».

  5. Yo me muero de vergüenza (propia y ajena) cuando algún amigo o amiga de toda la vida me comenta jocosamente lo gracioso de aquellas vivencias en común. Trato de ignorar ese hecho, y creo que deberías pasar de lo que el Toni pueda o no opinar. A fin de cuentas, ¿existe manera mejor para enviarle mensajes (subliminales o no) al susodicho? Y si no, pues lo bloqueas y ya está… si es que eso es posible, que lo desconozco. Yo he decidido lanzarme a tumba abierta, sin paracaídas ni nada, a pelo… Estoy con una entrada sobre la discoteca de mi pueblo que, si todo va como debe ir, puede acabar con mis huesos en la cárcel 🙂

  6. Entiendo tan bien lo que dices! Hay mucha gente que se toma al pie de la letra lo que escribo, así que muchas veces me acompañan en mi pena o alegría pero que no es tal. No obstante yo agradezco esas muestras de solidaridad. Respecto a descubrirte o no. Yo no me atrevo a exponente totalmente, así que es un medio, medio 😉
    Y con el Toni, pues que pases de el
    Besetes Eva, guapa!

  7. A mí me parece muy sexy que te lea. Tiene su punto. ¡Hola Toni chato, a ver si me vas cuidando un poquito más a mi Eva y te dejas de tanto misticismo! (esto por si también lee los comentarios). Y tampoco estaría mal que se animase a escribir alguna vez, que así sabríamos de una vez qué es lo que tiene en la cabeza. Besicos

  8. Esta entrada da mucho que pensar.
    Cuando tienes un blog te coarta que lo lean tus seres queridos o más cercanos. Puede que tengas secretos o que no los tengas para ellos. Sin embargo, el asunto no es ése. Creo que todos tememos decepcionar a los demás o inquietarles o que no se crean que determinadas entradas sean producto de tu imaginación, sino fotocopias borrosas de tu vida.
    Es una censura indirecta, una autocensura. Un asunto que no tienes nada claro pero que te molesta.

    1. Esto de la autocensura me está pasando demasiado últimamente. Tanto, que hasta me está bloqueando y es que de repente me he dado cuenta de que esto lo puede leer cualquiera, tanto los que quiero que lo lean como los que no quiero en absoluto. Bueno, daría para largo este tema, tengo miles de dudas al respecto.

Replica a evavill Cancelar la respuesta

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.