Niño de piernas gordas, el pasillo está muy vacío sin tus pisadas.
Ya no lo recorren elefantes ni dinosaurios ni trenes ni atascos de coches y camiones.
La vecina está muy contenta porque la silla con ruedas ya no se arrastra sobre su cabeza contigo a bordo.
Yo menos, niño que tenía miedo al reloj de cuco, a las piñas, a los globos, a los payasos, al lobo pintado en un cuento.
Niño de piernas gordas que miraba pasar los trenes con seriedad de científico, te has subido a uno con tus pelos rizados y tus piernas largas y fuertes y has dicho adiós muy feliz porque vas a vivir tu vida independiente.
Las paredes también lo están de no recibir más tus chutes de pelota, tranquilas de no ser arañadas por tu mochila colegial, manchadas por tus dedos churretosos. Recién pintadas qué frías me parecen, qué antipáticas.
Pero tengo que estar feliz, me han dicho, feliz de que estés tan sano y seas valiente y fuerte. Y claro que lo tengo que estar y muy a menudo lo estoy, orgullosa también pero, a veces, se me salta una lagrimilla ridícula mirando el pasillo tan largo y silencioso, un tubo que solo sirve para que rueden las pelusas.
(Cuaderno de doña Marga)
Hola,
Me gusta mucho, sobre todo la frase «un tubo que solo sirve para que rueden las pelusas»
Gracias, Rayuela.
la felicidad no está nada reñida con la nostalgia, como una feliciteza, o una tristecidad…
Me han gustado tus palabras inventadas, me las quedo para usarlas. Besos
Doña Marga no deja de sorprenderme, y a veces hasta es capaz de emocionarme.
Eso ya es mucho, Henar. Gracias de su parte
¡Ay! Maldita nostalgia que va cubriendo los recuerdos hermosos de una pátina triste de melancolía. Pero no se preocupe, Doña Marga, que más pronto que tarde, los vacíos son de nuevo habitados por otras piernitas gordezuelas, hijas de aquellas otras que ayer empezaron a recorrer nuevos caminos 😉
Si es que doña Marga y su cuaderno tienen la capacidad prodigiosa de despertar las emociones de todos nosotros… ¡Henar incluida! 😀 😀 😀 😀
Claro, los pasillos se repueblan como todo lo demás. Es cuestión de tiempo.
🙂
ohhhhhh esa mierda de nostalgia, con el daño que hace
Sí, aunque como dice Patricia no está reñida con la felicidad. Es la feliciteza o tristecidad. Son inventos suyos que me han gustado. Un beso, Tejas
Síndrome del nido vació.
Vuelan los pájaros como debe ser
Old Charlie stole the handle and
The train won’t stop going
Lo que sabes, cerdito.
Así mismito es. Debe ser una sensación extraña, pero en cuanto se acostumbran al silencio ensordecedor y a la comida para dos, se les vuelve a llenar la casa de mucha más gente y mucho más ruido. Veo que a Doña Marga le gusta reflexionar sobre los ciclos de la vida, a mi también.
Y entonces seguro que se vuelve a desear que el pasillo se vacíe de nuevo,
Si es que las madres siempre dicen eso de «a ver cuándo me dejas tranquila» con la boca pequeña. Luego echan en falta a sus retoños. Un besote!!!
Ni contigo ni sin tí, así son algunas.
Ay que triste! Ya no me va a parecer tan desordenada mi casa cuando llegue…
Dulzura Doña Marga, es muy triste cuando los pajaros emigran…
Sí, aunque también es liberador, supongo. Yo todavía no me he liberado. Gracias por leer hacia atrás. Muchos besos, Edda.
Parece que los pasillos que tenemos por dentro se quedan tan vacíos como los otros. Y sólo quedan recuerdos, como pavesas, flotando en ellos.
Por suerte se van abriendo nuevos pasillos. Casi siempre
Leerte es un placer eres como una cebolla,.Extraño a Doña Marga, gracias
Yo también la extraño.
Me encanta que leas lo de atrás.
Gracias, Edda