Me dejó muy pensativa la conversación que tuvieron el otro día mi jefa y su amiga la Poncho sobre inspiración y creatividad. Tanto que este fin de semana he intentado poner en práctica todo lo que oí.
Primero me puse a probar la técnica de la Patricia. A su amiga le explicó que ella pone la mente en blanco para que las ideas tengan un sitio donde posarse y asentarse y lo demás le viene rodado.
Tiene su lógica, la verdad, es como un avión, si la pista está ocupada no puede aterrizar y se pone a dar vueltas con el pasaje alterado hasta que encuentra dónde. Si no encuentra sitio pues se marcha a otro aeuropuerto. Las ideas lo mismo, necesitan un previo despeje para llegar a donde tengan que llegar y si tú no se lo das, otro lo hará.
Digo sentándome y encendiendo el ordenador, venga, mente en blanco, a ver qué pasa. Aquello era todo menos blanco, menudo tráfico intenso que tenía montado interiormente: el Toni con su huerto, mi madre regañándome, la Esme que se ha comprado unas gafas nuevas, su padre contando el atraco, yo misma persiguiendo al Jacobín por los pasillos, la aspiradora zumbando ella sola, los mofletes de mi sobrina, la Noe hablándome a gritos. Esto último no estaba en mi mente necesitada de un controlador aéreo si no en la vida real.
Aquí no hay avión que aterrice y de ideas ya, ni hablamos. Y dice la Patricia que una vez puesta la mente en blanco, madre mía cómo lo hará, las ideas le vienen solas y ella solo tiene que teclear como impulsada por una fuerza externa, como si alguien le estuviera dictando, sin tener que poner voluntad ni esfuerzo.
Eso se llama fluír, le contó después a la Poncho y es una de las experiencias más gratificantes que se puedan tener, te aislas del mundo, el tiempo no existe, sólo tú y tu creación. Es maravilloso.
Se ve que la otra no quería quedarse atrás en cuanto a artes y fluimientos, las artistas son muy competitivas, porque le contestó que ella también fluía, solo que no utilizaba para ello la mente en blanco, ella observaba la realidad y con eso tenía más que suficiente.
Voy por la calle, decía, y veo un palo en el suelo. Donde otros no verían nada, yo atisbo,dijo esa palabra, infinidad de posibilidades. Todo me vale, todo es material creativo, lo feo, lo roto, lo inmundo, la basura, me inspira especialmente la basura y la riqueza de materia presta (también dijo esa palabra) a transformarse que contiene.
Pues ya que la mente en blanco no me salía, me fui a la cocina y pisé el pedal del cubo para abrir la tapa y sacar de ahí algo que me pudiera llevar al flujo. Los yogures bio desnatados de la Noe, una cáscara de plátano, pelusas, el envase de la pizza cuatro quesos que nos cenamos ayer…a mí esto, aparte de sentido de culpa porque no reciclamos por falta de espacio y ganas, no me dice nada más. Tampoco va ser este mi sistema.
A lo mejor es que en vez de en fase de inspiración, que es cuando todo te entra, para luego pasar a la espiración, cuando todo te sale, estoy en la expiración, cuando todo se acaba.
Noe, creo que es mi fin, no se me ocurre nada, le dije un tanto preocupada. No fluyo ni nada.
¿Qué fin, el fin de qué?, ¿te gusta cómo me queda esta camisa con este top debajo? Me voy a probar luego el vestido largo para que me digas cómo me ves. Todo por cinco euros, la tela es mala pero, tía, da el pego, con tal de que no me acerquen un cigarro…
Que digo que no estoy creativa y que no puedo poner la mente en blanco ni me dice nada la materia inerte. No llego al fluimiento ni de coña.
Bueno, ¿y qué?, dice ella encogiendo los hombros, es su gesto mítico cuando no ha entendido algo pero no lo quiere reconocer.
Hay cosas más graves, pero que mucho más.
Pues también es verdad.
Tenemos que decir que tu jefa y su amiga tienen un poco de razón. A nosotros nos sirve aunque no siempre lo conseguimos 🙂
Tendré que practicar más entonces. Un saludo y gracias por comentar
estoy igual….
Estamos expirantes pero ya inspiraremos
Pues eso. ¡También es verdad! 😀 😀
Un abrazo.
jajaja, pensamos lo mismo
Cuando tienes a alguien que se ocupe por ti de las tareas cotidianas puedes fluir cosa mala. Eso del fluimiento es para ricos. Jajajaja. Besotes!!!
Un poco si, desde luego, tener tiempo y los quehaceres cotidianos resueltos ayuda bastante 🙂
😀 😀 😀 😀 ¡Ni más ni menos que lo que estaba yo pensando al leer!
A mi me viene mucha inspiración cuando voy conduciendo, no me preguntes porque. Te lo digo por si te sirve… Besicos
Me sirve, me sirve, lo malo es que no conduzco, debe de ser cosa del movimiento porque andando a veces sí que me insipiro.
Muy cierto lo que dice alter ego. Píllate unas buenas vacaciones y ya verás cómo te viene la inspiración.
Eso es lo que has hecho tú y has vuelto la mar de renovado e inspirado.
Qué va, he vuelto rabioso, peor que antes, cero mérito. Saludos
Estoy con marifififi, cuando conduzco es cuando más pienso. No quiere decir que me venga la inspiración, sino que me monto unas conversaciones conmigo misma de mucho cuidado.
Mi consejo, esos que digo que no hay que dar si no te los piden, es que no le hagas ni caso a ese par de dos. Yo me buscaría un método más original y lo patentaría. Después podrías escribir un libro donde explicaras los pormenores del método y sus resultados. Te auguro mucho éxito.
Esa frase final me ha recordado a la Esme que siempre augura éxitos a todo el mundo, ella incluída. Voy a tener que ponerme a conducir.
A lo mejor valdría solo con montar en bici, es parecido y más barato.😀
😀 😀 😀 Eva, tienes que poner ese botoncito de «me gusta» en los comentarios, que hay algunos que son de verdad inspiradores y apetece darle al botoncito 😉
La inspiración es como esa mascota que tienes pero no te das cuenta hasta que llevas dos años alimentándola.
¡Y lo que come!
Vaya había leído buenos comentarios de tu blog pero no había tenido oportunidad de leerte y vaya me suena muy interesante lo que públicas de hecho la creatividad tiene Pues todos esos formas no?
Todas esas y otras muchas más, cada uno tiene sus maneras. Un saludo, encantada de que pases por aquí.
Si fuera tu persona, consultaría a la Esme acerca de fluires y creatividades, o recurriría a los cuadernos inagotables de doña Marga, quizás hay algo escrito sobre el estado alfa y el control mental 🙂
Un saludo cariñoso desde Argentina.
Claro, nos ponemos a buscar en lo lejano y resulta que la solución la tenemos casi al lado. Muchas gracias por tu indicación, Bella.
Otro saludo para ti desde España.
Vamos que ni fluida ni periódica!!! Jajaja
Jajaja, voy a tener que ir al inspirólogo
¡Felicidades Eva! El regalo de Martes de cuento es para ti.
https://martesdcuento.wordpress.com/2015/08/30/364-nocumpleanos-y-un-cumpleanos/
Envíame un mail con una dirección de envío
¡Besos!
Gracias otra vez desde aquí, estoy loca de contento. Muchos besos
¿Y qué es la mente en blanco? La mía está colapsada 😉
Pues ya somos dos con colapso 🙂
Evita querida, tu no necesitas inspirarte la inspiración te persigue sin darte cuenta. ¿Tú has visto la entrada que has creado de la simple nada? ¡¡Pero si ni basura necesitas!! El que vale, vale, y el que no pa’ poncho 😀 😀 😀
A lo mejor, quieras que no, los yogures de la Noe han hecho su efecto 🙂
Ya los griegos sostenían que ha de llegarse al ocio para que una civilización pueda alcanzar las cotas del arte. Por eso los griegos tenían a los esclavos o ilotas que les hacían todos los trabajos para que sus mentes ociosas pudieran fluir hacia las cotas etéreas de todas las artes.
No te estoy llamando ilota ni mi ánimo es el de ofenderte pero por ahí van los tiros: las cosa es tener ilotas para tú, tranquilamente, poder fluir del modo más relajado que se te ocurra. Ya ves qué fácil es. (Para que los iltotas no tuvieran que hacer ningún esfuerzo intelectual ni siquiera tenían derecho al voto porque la democracia griega era muy mirada con los trabajadores)