Cuando era pequeña había en mi casa una colección de libros de saberes varios, como una especie de enciclopedia para niños que lo mismo te explicaba qué es la fusión que por qué mueve la nariz un conejo. Estaba dividido en secciones y en una de ellas hablaba de seres fantásticos. En esa sección estaba dibujado un vampiro dentro de su ataúd con la cara muy blanca y los colmillos con restos de sangre. Me daba pánico.
Me daba tanto miedo que pasaba esas hojas muy deprisa y sin mirar para no encontrarme con el vampiro. Mi madre pegó esa hoja a la siguiente con cello pensando que así solucionaba el asunto. Pero fue peor, ahora seguía estando ahí, pero oculto. Como no lo veía me imaginaba truculencias mucho mayores que las del dibujo y, además, podía escapar y salir en cualquier momento, rabioso porque había estado encerrado.
Pues eso más o menos es lo que me pasa ahora en casa de la doña Marga. Porque se han traído al don Margarito del hospital para que muera en su cuarto y en su cama y aunque yo no tengo que entrar en su habitación ya que tiene una enfermera, sé que está ahí, con sus estertores y su agonía y eso me impide estar tranquila. En cualquier momento se va a despegar el cello y voy a tener que mirar lo que me asusta. Seguramente no es tan horrible como lo que veo en mi imaginación.
A lo mejor la doña Marga lo sabe y por eso me ha mandado que le pregunte a la enfermera si quiere un café o un vaso de agua. Se lo he preguntado desde la puerta, mirando sólo de reojo a la cama, y lo más deprisa posible. Todavía no me atrevo a despegar del todo las páginas.
no hay que temerle a los vampiros, son seres que en su tristeza solo quieren un abrazo de sangre. Lo de Don Margarito entiendo tus reservas, no todo el mundo tiene estomago para ver a una persona en sus últimos momentos y más si lo esta pasando mal, es una imagen que no todos soportan porque prefieren recordar como era cuando estaba bien y es lógico, pero no te asustes, todo es parte de la vida.
Pues tienes razón, todo es la vida, hasta su final.
no es agradable, pero en estos momentos es cuestión de empatizar con el que se va a ir, hacer de tripas corazón y agarrarle la mano para que no se marche en soledad que por ese trance hemos de pasar todos
Lo voy a intentar
No es precisamente bonito, pero hay que aceptarlo como una parte dela vida.
Ya sabes,a echarle ánimo, Eva!
Besetes lluviosos.
Se lo voy a echar, gracias, María.
Pero bueno, tu venga a decirnos que no, que no, que no, que no quiero entrar y nosotros vega a decirte que si, que si, que si, que si, que no pasa nada. Solo nos falta darte una patada en el culo para que entres con más velocidad. No, si al final, entrar entrarás, pero eso no quita que te de respeto.
Vamos, que te entiendo.
Jajaja, me has hecho reír. Qué fácil es entrar cuando no eres tú el que entra. Pero, vamos, que terminaré entrando, con miedo o sin él. ( con él)
🙂
MI CHIQUITITA SI NO QUIERES ENTRAR NO ENTRES
QUE JODER
BESITOS DE MIERCOLES
Edda, eres un amor, qué leches.
Debes mirar a la muerte a los ojos y decirle… Matas como niña.
A hablarle cara a cara, a eso si que no me atrevo, por si me ficha para después
Yo, de ti, me pedía la baja por depresión y al volver ya estaría el problema solucionado.
Es cierto que la muerte es parte de la vida, pero no deja de ser una gran putada 😉
Creo que a mí me ocurrirá como a Gay-Lussac y cuando llegue la hora diré: “Es una pena irse, esto comienza a ponerse divertido.” 😀 😀 😀
Ya, pero no le puedo hacer eso a la doña Marga, si fuera a otra…( he tenido que ir a mirar quién era Gay-Lussac, me sonaba al libro de física que tantos disgustos me dio y sí, de ahí era, qué bruta soy)
Aings, no caí en ese “pequeño” detalle. Es cierto que no puedes hacerlo eso a Doña Marga.
En cuanto a lo de bruta, difiero, hoy en dia nadie es “bruto”, simplemente es que está poco “googlerizado” 😀 😀 😀
Pues yo también difiero porque sí que hay muchos brutos, no te creas que google arregla tanto, si acaso lo disimula.
😀 😀 😀 Son los nuevos eruditos a la violeta, pero ese no es tu caso, mi querida Eva 😉
No hay monstruos más grandes que los que produce nuestra imaginación y cada uno tiene sus propios tiempos para mirarlos de frente. Exponer ese miedo abiertamente es recorrer la mitad del camino y esa es una posición que no està al alcance de todas las personas, Eva, así que en mi opinión es para felicitarte por tu valentía.
Un saludo cariñoso desde Argentina.
La verdad es que desde que lo he contado estoy un poco más tranquila, como si me hubiera liberado de parte de la carga. Muchísimas gracias por tus ánimos.
Mucho ánimo. Entendemos que no quieras verlo y que pegues de nuevo esas páginas para no encontrártelas.
Gracias por los ánimos y la comprensión 🙂
Todos tenemos alguna página pegada por algún motivo. Estás en todo tu derecho de despegarlas o no. Besotes!!!
Gracias por tu apoyo, Álter, Eres muy maja. Un beso de los grandes.
¡Ay, Evita! Siento mucho que te sientas así en tu trabajo. Me imagino que no es facil. Recibe un abrazo bien apretao de mi parte desde el otro lado del Atlántico.
Otro muy, muy fuerte para ti. Hoy me he acordado de ti y cuando he ido a mirar el blog, ahí estaban tus comentarios 🙂
¿Transmisión de pensamientos? Sí que lo estamos haciendo bien. ¡Ya nos comunicamos a través del Atlántico y sin medios electrónicos!
Seremos un poco brujitas
¿Quién sabe?
Enciclopedias en casa casi todos hemos tenido. Pero a mí sólo me viene a la memoria una que se llamaba “Enciclopedia de la Simpatía”. Quiero creer que aún la tengo por algún lado de mi casa pero me da miedo buscarla por si me cercioro de que ya no está.