Hay tanta belleza en algunas tardes de otoño que quisiera guardarla en una caja para poderla mirar de vez en cuando.
Sería una caja pequeña, forrada de papel de color verde, amarillo, rojo y dorado como la misma tarde que contiene. Con la media luna en una esquina y las nubes deshaciéndose suaves sobre la tapa.
Olería a humo dentro de la caja, a tierra mojada, a castañas y dos pequeños murciélagos revoloterarían atolondrados como si fueran a chocar contra el cartón pero no, no chocarían.
Habría colegiales con mochilas y viejos paseando lentamente, chicas de largas melenas y hombres fumando en pipa, franjas de luz sobre los tejados. Un viento húmedo y ligero lo removería todo de vez en cuando entremezclando con arte sus elementos igual que lo entremezcla la misma tarde.
En el medio le pondría un charco reflejando el cielo.
(Cuaderno de doña Marga)
Quéeeeeeee bonito! Te compro la caja!! Por favor, o haz varias y mándame una.
Te la regalo, Natalia, faltaría más
yo quieroooooooo
Venga, otra para ti, para que la guardes en tu cueva
Gracias Eva, un beso mi niña.
Haz otra para mi.
Marchando otra para ese ojazo
¡No, más cajas no! Si en una ha metido Doña Marga casi todo lo bello del otoño, qué nos va a quedar si sigue llenando cajitas?
Jajaja, pero son personalizadas, cada uno elige sus contenidos
!Que bonito! No esperaba . Es que el ojo de su avatar, tan llamativo en l todas las lineas de..” me gusta”, siempre me alertaba, no sé porque. Pero que sorpresa ..nada de alerta. Lo contrario…tan elegante y sutil.
Gracias, Iaacantha. Pero mi avatar no es un ojo, ese es el de Chus. De todas formas, me alegro de que hayas caído por aquí.
Y como he cometido ese lio? No importa….me gustó muchisimo tu poema.Luego veré más a fondo tu blog.
No, claro que no importa y te diré, además, que el dueño del ojo es majísimo, nada que ver con el miedo que da antes de conocerlo
Para decur la verdad, buscaba precisamente a Chus y encontré a ti . Encantada de conocerte. Una buena casualidad. Ya, soy tu segudora fiel.
Me he visto a mi misma forrando libros a principio de curso con el uniforme del cole puesto. Te la compro!
Ese momento siempre me gustó aunque estudiar no tanto, era un ritual bonito. La caja es regalo de la casa.
Como una pequeña diosa, esta Doña Marga crea paisajes inolvidables en las almas con sus letras. Yo no quiero una caja, yo me pido ser Doña Marga, ¡¡quiero escribir como ella!! Quiero conseguir pintar el mundo como lo hace ella con sus palabras 🙂
La vas a ruborizar y a ver cómo le bajamos luego los colores. Tú ya escribes de maravilla. Por cierto, gracias a ti estoy leyendo a Ángel González, que me está gustando muchísimo es decir poco.
🙂 Escribo, que no es poco 😀 😀 😀 Pero siempre queda la duda de si consigues transmitir y en ese aspecto, Doña Marga me hace vibrar muy mucho.
En Ángel González es espectacular el tratamiento temporal. ¡Me alegro mucho de que te guste! 🙂 Millones de abrazos de miércoles.
Preciosa postal. Creo que lo más bonito de la belleza es, precisamente, que no se puede guardar, y cuando se puede, porque son cosas, deja de ser bellaza por ocultarse a la vista de los mortales.
Tienes razón, no se puede pero estaría bien que se pudiera para tenerla a nuestra disposición. O regalarla
atrapar el instante hermoso: con cajas, con fotografías, con palabras…. pero por favor que no se escape. y aun con todos los esfuerzos se escapa….
Se escapan, se escapan siempre pero vamos aprendiendo a base de perderlos a disfrutar de los siguientes cuando llegan
No me suele gustar el otoño pero, visto así, me han dado ganas de tener uno en una cajita.
Besotes!!!
Te puedes hacer tu caja con otra estación, el verano, por ejemplo, que me parece que te tira más. Esto va al gusto de cada cual 🙂
queda muy repetitivo si te pido una cajita de estas para mi?
Pues claro que no y te la personalizo y le pongo un lazo de hojas. Besos, Tejas Rojas.
Precioso. Muchas gracias por esa visión…
Decía Albert Camus que “el otoño es una segunda primavera donde cada hoja es una flor”
Un abrazo
Gracias a ti y por la cita también, me ha gustado mucho.
Yo voy a ir más lejos y te pido una de cada estación, a ver si así aprendo a ver lo bueno de cada una. Por cierto, ¿cuánto cuesta? Aquí deben de ser ricos o creen que lo eres tú para regalar cajitas a to’l mundo.
No sé si me va a salir hacerte cajas de las otras porque me gustan menos que el otoño, pero lo intentaré. Son gratis, Henar, como todo lo imaginario aunque la Esme ya está pensado una tarifa.
Me ha emocionado doña Marga, maravillosa, maravillosa
Te manda besos, muchas gracias de su parte.
Puede que el otoño quite pasión a las miradas y permita ver las cosas con más claridad, sin la luz deslumbrante de otras épocas ni el frío intenso del invierno.