Una situación de máxima urgencia acaecía esta mañana en casa de la Patri cuando mi dedo se ha posado en el timbre de la puerta presto a hacerlo sonar. Pero no lo he hecho sonar de inmediato, he permanecido un rato restregándome las botas en el felpudo, no porque llevara las suelas muy sucias, si no porque quería entender a qué drama correspondía ese griterío con el llanto de la Morganina de fondo y así decidir si entraba o mejor huía.
Rápido, ahí no, ya he mirado, debajo de la cuna, por los sofás, en el cuarto de baño grande, en el mediano, en el pequeño, por el pasillo, en mi estudio no está, ya he revuelto todo, sobre la mesa del comedor, es rarísimo, no lo puedo entender y todas las mañanas igual, ya llevamos así una semana, se pierden todos los chupetes.
Ah, bueno, pues si sólo se trata del horripilante caso del chupete perdido, creo que entro, me he dicho a mí misma pulsando el timbre con gran decisión. Me ha abierto la Poncho ataviada con un sari rosa y dorado y un falso tercer ojo pegado entre sus dos cejas.
Namasté, me dice la mema, no encontramos los chupetes y la niña está amoratándose. Por detrás he visto el culo en pompa de la Salus que andaba tirada por los suelos buscando cual perro de presa y a la Patricia en camisón, de raso, eso sí, con los pelos enmarañados, yendo de un lado a otro con la gimiente en brazos. Qué estampa.
¿Y no sería mejor, dado lo urgente de la situación, bajar a la farmacia?, he propuesto.
Es que bajamos todos los días, no hacemos más que comprar chupetes y siempre desaparecen, me ha contestado la Salus alzando la cabeza con alguna que otra pelusa enredada en sus cabellos. Quién le mandará husmear debajo de los sofás.
Es extraño, sí, tan extraño como ver el Jacobín dulcemente sentado en su pupitre con el pelo peinado a la colonia y coloreando dinosaurios con primor,con la manía que tiene él al noble arte del coloreo sin salirse de la raya. Esa conducta beatífica tan anómala me ha hecho sospechar, pero no era el momento de colocarle el presunto delante del nombre, llegábamos tarde.
Camino del colegio le he sometido a un severo interrogatorio. Qué capacidad tiene para eludir las preguntas incómodas y cambiar de tema de conversación, qué de promesas de amor, obediencia y futuros dibujos regalo he recibido esta mañana. Este niño dirigirá el país en un futuro, lo presiento.
A la vuelta les he llevado tres chupetes relucientes con los que apaciguar a mi desconsolada niña yonki. Estaba mamando con mucha aplicación y bajo la mirada de aprobación de la Salus que parecía decir, así, así, vais por buen camino. Las maneras tan raras y cómodas que encuentra la gente para ganarse la vida. Si lo llego a saber, me hago Salus, igual todavía estoy a tiempo.
¿Os toco los cuencos tibetanos?, nos ha propuesto la Poncho a todo esto. Si ya os digo que el nuevo año no me está trayendo muchas novedades y a vosotros, de rebote, en este blog, pues tampoco. Arranca la undécima legislatura y yo aquí hablando de chupetes. Ni viaje inciático ni nuevos temas de escritura. No tengo remedio.
Pues oye, Eva, aprovecha y aprende a tocar los cuencos tibetanos, igual algún día los puedes utilizar para ahuyentar a la Poncho.
Besetes de miércoles, guapa!
O la fregona española, que es lo que tengo entre las manos 🙂
Los chupetes y su misteriosa desaparición son un tema digno del programa de Iker… pero no se lo digas a la Poncho, no vaya a ser que vea en ello la oportunidad de lucir sari, bongos y filosofía sobre la reencarnación en horario de máxima audiencia de la televisión.
Y si Iker no lo remedia, todo apunta al futuro político, Jacobín. Su calma chicha le delata… Deseando estoy que le desenmascares.
Un besazo.
Gracias por comentar tan al detalle mis chorradas cotidianas. Desde luego, la desaparición de los chupetes deja pequeños otros muchos misterios de la ciencia y la pseudo ciencia.
Yo quiero visitar esa casa!! Me he hecho una imagen mental preciosa, con saris, niños, chupetes y cuencos tibetanos. He puesto hasta incienso…..ahummmmmmmmmm
La verdad es que está muy animada, si no fuera porque la tengo que limpiar, yo también me pondría a hacer el auhmmmmm.
¿Así que se llaman cuencos tibetanos esos chismes? He tardado tiempo en conocer su nombre, creo que lo correcto es que darte las gracias 🙂 Creo que yo no habría aguantado y habría bajado a por chupetes fijo, el llanto de los niños pequeños me desespera ^^
Si nos referimos al mismo chisme, creo que sí. El llanto de los bebés yo creo que está diseñado para desesperar al que lo oye y empujarle a hacer algo. Trucos que tiene la naturaleza para proteger al indefenso.
Que digo yo… con la de cosas nuevas que existen hoy en día, debe de haber algo que haga que los chupetes no se pierdan. Igual que lo de los calcetines en la lavadora. Y si no existe, que lo inventen, que para eso está el país lleno de ingenieros al paro ¿No te parece?.
La del namasté… ¿Ya ha vuelto de la India? ¿O es que está aprendiendo vocablos para cuando tomen viaje? Qué bien se sabe mimetizar con otras culturas…
No hay sistema que valga con un niño ladrón y celoso, perdón, presunto ladrón, en casa. La Poncho está recién aterrizada de la India, o eso dice, tanto cuenco tibetano, tanto tercer ojo y tanta tontería ya me mosquea.
Sospecho que Jacobin los oculta en las macetas. 😉
…O dentro de sus peluches
Oye, como se nota que el Jacobín es hombnre ya de pequeño….qué cosas…lo que es la naturaleza: desvía preguntas, promesas de futuro….Increíble.
Jajaja, qué mala eres. Algunos hay que responden y cumplen las promesas. Tu Manuel, seguro.
Sí….además no me gusta generalizar…era por reírnos un rato. Pero Manuel también esquiva preguntas que no veas eh?? Es genético jajajaajja
Eso es verdad aunque a veces hacemos cada pregunta…y contesten lo que contesten, la pifian.
Pues eso también es verdad, se ponen hasta nerviosos….jajajjaja
Úndecima legislatura.
Lo del chupete es muy apropiado.
Todos a chupar del bote y a seguir robando.
Para que veas lo fino que hilo
Si es que tienes un don…
Una casa exclente, Eva, adorable, dan ganas de ir. Yo adoro los chupetes … a mis nietos les pasa lo mismo, pasaba, porque ahora se los ato y/o coso a la ropa. Claro que yo luego me voy y … cada semana llevo tres, también.
Escribes de lujo que es la versión pija de el “de coña”.
Feliz noche
Qué abuelo más majo tienes que ser. Gracias por ese “de lujo” y por el reblogueo. Me ha hecho mucha gracia eso de la versión pija del “de coña”. Muchos besos y ya me contarás si aguantaron los chupetes o si hasta cosidos desaparecen.
Reblogueó esto en Los Reblogueos de etarrago.
Jajaja… ¿Quién podía ser el sospechoso de la desaparición de los chupetes? Y la detective Evita al rescate… Pobre Morganina, ya es víctima de los celos de su hermano. Ya la vida le está dando sus golpecitos. ¿Y las piedras del Jacobín?
¡Ajajaaaaaa! ¡Con que esas tenemos, Jacobín! Los ladrones herederán el Gobierno de la nación. Yo también le auguro a Jacobín, con tanto, robar, ocultar pruebas y hacerse el santito un lugar importante en la historia, Eva. ¿Será que estarán cambiando los genes de los líderes? 😉
Esperemos que no, que el niño evolucione y también nuestros futuros líderes. Hay que tener confianza
Vale, le daremos un voto de confianza y trabajaremos para que cambien las cosas 🙂
El Jacobín está cambiando las piedras por chupetes. Que le proponga un canje, a ver si cuela.
Si en algo es experta la Poncho, es en tocar los cuencos tibetanos.
Besotes!!
Jajaja, muy bueno. Y las narices, también, por no decir otra expresión.
Evaaaaaaaaa!!! mis comentarios se van a spam!!!
Ya te los he resactadooooo!!! Los echaba mucho de menos, que me tienes muy mal acostumbrada.
Si es que comento tanto, que ya se creen que soy spam! 😀
Jajaja, no eres la primera a la que le pasa. Y que el blog es un poco tonto, porque no conocerte a estas alturas…
😀 😀 😀 Creo que es porque puse un enlace.
Ay pobrecito Jacobin! ,ay pobrecito niño devorado por los celos…
* Yo, dijo Satnas padezco mucho…
y replique :yo envidio tus dolores
como jamas experimentaste amores
no comprendes aun lo que son celos.* Amado Nervo
Miente Jacobin, miente y roba esos tesoros..
Sí, pobrecito, los celos son malísimos y hacen sufrir mucho pero, ¿dónde habrá metido tanto chupete?
KAKAKAKAKAKA