Qué pesada es Eva, no sé qué rollos ha venido a contarme esta mañana, algo de que en casa de su jefa desaparecen los chupetes y ella cree que ha sido el Jacobín, que la niña llora, que la Poncho se pone el sari y que cuando vuelva a ver a la Noe (espero verla poco porque esa insustancial me pone de los nervios) ya no le llame así porque ahora se llama Miranda.
Pero qué de milongas, chica, tan de mañana. Al principio he hecho como que prestaba atención asintiendo con la cabeza hasta que se me han empezado a resentir las cervicales y la paciencia y le he pedido silencio. Menos mal que Eva no se enfada, me cortan a mí así el discurso y el cortador de discursos se puede ir despidiendo de su existencia miserable.
Es que hay días que no está una para atender chorradas y hoy es uno de ellos. Me han robado una idea, un invento que llevaba yo tiempo pergeñando, un ingenio que venía diseñando en mis noches de insomnio, lo tenía a puntito de patente cuando leo esta mañana: japoneneses inventan una red caza drones. Dónde están esos nipones que me los cargo, pero si esa red la tenía yo pensada y dibujada desde que me obsesiona el peligro dron y ya os digo que me obsesiona hace mucho. La red, por cierto, la sostiene otro dron, tal y como era en mi boceto, estos bichos me atraen y repelen a partes iguales.Mierda de espionjae industrial, justo ahora que estaba un paso de dar el pelotazo.
Pues nada,me quedo como estoy, a verlas venir desde el quiosco un día más. Si ya lo canta ese gran filósofo flamenco que es el Capullo de Jerez, «la vida es una rutina, ina, ina, ina. Apágame la luz y enciéndeme la luz» y venga con darle al interruptor durante toda la canción para que quede claro el concepto repetición.
Por eso será que añade, » cuando vuelvo pa mi casa y cojo la carretera, me pongo mu contento sinveo la luna llena». Natural, porque con tanta rutina cualquier acontecimiento novedoso es de agradecer y luna llena no se ve todos los días.
Mira que pisarme la idea desde el oriente…tendré que inventarme otra cosa. Voy a ponerme ahora mismo a pensar mientras canto para darme ánimos, «la vida es una rutina, ina, ina, ina, apágame la luz y enciéndeme la luz».