Queridos:
Mucho estáis tardando en responder a mis misivas. Comprendo que la distancia es larga y por ello os disculpo. Como podréis comprobar en el sobre, le he puesto a esta carta el sello de urgente, no se trata de un adorno como tal vez vuestras mentes poco desarrolladas e infantiloides o todo lo contrario, yo qué sé, hayan podido pensar: es urgente. Y mucho.
En el paquete que quiero que lanzéis al agujero negro, gracias de antemano, (qué fina me pongo cuando quiero), tenéis que incluir también, junto a la bicicleta estática o pedaleando encima para que ocupe menos sitio, a un señor llamado Donald Trump. Lo distinguiréis fácilmente por su peinado. Representa un serio peligro para la vida en la Tierra y planetas colindantes, el vuestro incluído, ¿acaso no habéis oído hablar del efecto mariposa? Pues eso.
Para el siguiente viaje os tengo preparado otro paquete hasta los topes de personal indeseable, entre los que se halla en lugar destacado el inventor del palo del selfie, pero de eso ya hablaremos otro día. No quiero abusar de vuestra confianza ni desestabilizar la nave por un exceso de peso, no vaya a ser que no podáis despegar, éramos pocos y parió el alfacentaurino. Probablemente necesitéis otro agujero negro, id mirando por ahí. Por cierto, la abducción temporal de mis hijos y de los hijos de unas cuantas amigas mías sigue en pie. Podéis utilizarlos para estudiar las absurdas y molestas costumbres humanas durante la etapa de la adolescencia.
Aquí es primavera, por si os interesa saberlo, una especie de estación adolescente, también, nunca sabe una a qué atenerse con ella. ¿Tenéis estaciones en vuestro planeta, tenéis cuerpos que enferman y se deterioran con el paso del tiempo, tenéis cuerpos, tenéis paso del tiempo? Me interesaría saberlo, no pregunto por preguntar ni por matar el rato antes de que el rato me mate a mí, pregunto por verdadero interés científico y por si me tengo que trasaladar de domicilio antes de que sea demasiado tarde.
Espero que esta vez estéis más diligentes y respondáis a mis demandas en un tiempo prudencial, o sea, ya mismo, leches.
Atentamente: Esmeralda la terrícola.