Día: 19 de septiembre de 2016

Gallo congelado

A los buenos días, Esme, es lunes 19 de septiembre, san Jenaro, luce el sol y la luna mengua. Me gusta innovar un poco en los saludos para no resultar repetitiva pero esta modalidad no ha sido de su agrado, tiene un carácter muy difícil de contentar.

¿A qué juegas, a la agenda humana o al calendario carmelitano?, sabes de sobra que los lunes no son mi día aunque hoy es distinto, estoy contenta porque a lo mejor viene él. Voy a sacar la casita de muñecas para que me vea jugando, así es como se prendó de mí, cree que soy hogareña, cariñosa y amante de los niños. Cree que soy dulce y encantadora, cree, bueno, yo que sé lo que cree, el caso es que cree, es creyente.

Pero, ¿quién cree todo eso?,¿san Jenaro? Madre mía, qué cara de furia arrabalera me ha puesto. El miedo que me ha dado su morro torcido me ha espabilado al instante las neuronas y he recordado que había conocido a alguien pero…será pendona, si tiene novio de relativa reciente creación y ya lo está queriendo cambiar por otro. Esto me lo tiene que aclarar. Explícate, Esmeralda y cuéntame quién es ese y por qué te ilusiona tanto.

Ni idea, no sé nada concreto ni me interesa saberlo, en realidad. A estas alturas vitales cuanto menos sepamos, mejor. Lo importante es que me dice palabras bonitas y también me hace reír, es simpático y me adora. Eso es lo que quiero y lo demás me da lo mismo.

¿Y el Hipólito qué? Es tu pareja, te cuidó cuando el esguince, te lleva en el taxi de paseo a donde tú le dices, aguanta a tus adolescentes que tienen telita, por cierto, y a ti (esto lo he dicho entre dientes y sin vocalizar), es buena persona, te quiere. Ya es bastante, me parece a mí.

Sí, claro, admite ella sin despegar la vista de la lontananza, por donde se supone que va a aparecer el doncel envuelto en un halo luminoso, Hipólito tiene muchas virtudes pero, para que lo sepas, también un defecto muy grande, es un asesino del amor y eso no se lo puedo perdonar. Dice cosas tan letales como «Esme, acuérdate de sacar el gallo congelado para la cena» O, peor todavía, escucha que frase de destrucción masiva: «otra vez le ha vuelto a subir el colesterol a mi madre».

Pues lo normal, hija, las parejas tienen que hablar de todo, de lo elevado y de lo de a ras de tierra. Al Toni tampoco le gusta que le hable de comidas pero luego quiere comer como todos los seres humanos que no están en huelga de hambre.

Es muy bueno, sí pero también es bueno ese san Jenaro que has mencionado y no quiero nada con él. Me da muermo. Sin embargo, este… qué palabras más bien dichas, qué temas de conversación tan poco vulgares, cómo sabe estremecerme y divertirme, es que solo de pensar en lo que me dijo ayer, me río yo sola y también floto y me elevo.

Que se ríe sola es verdad pero eso siempre porque se le va ligeramente la pinza, pero lo de que flota y se eleva es mentira, ya os digo yo que estaba tan pegada al suelo como siempre, se tratará de una metáfora, en todo caso.

¿Y es apuesto y galano? porque el Hipólito no está mal, no lo vayas a cambiar por otro más feo.

Anda esta, resulta que no lo sabe porque como no se pone las gafas de cerca para no delatarse, la muy artera, dice que solo ha podido apreciar una cara más bien borrosa de la que sobresale una nariz. Que buena planta le parece que tiene pero que guapo…vete tú a saber y que si no me importa esperarme un rato hasta que llegue para hacerle de traductora de rasgos.

Pues eso será otro día porque hoy se me acabó el tiempo, tengo que preparar el puré de la Morganina aunque no le gusta y me lo escupe, armamos unos líos con el puré, a lo mejor si le cambio los ingredientes o le añado un poco de corteza de árbol…

Qué grosera, ha sido hablarle del puré y se ha puesto a cantar «se me enamora el alma, se me enamora» Y qué hortera, por añadidura. Por el camino iba yo pensando, ¿y si el de las palabras ingeniosas y elevadoras también está presbítico y tampoco se pone las gafas, artero él, y se cree, en su ceguera, que la Esme se da un aire a la Gisele Bundchen? Vaya chasco que se va a llevar.

Yo que ella sacaba el gallo del congelador pero, claro, yo soy prosaica. De eso siempre me está acusando el Toni, otro que también se pasa el día queriendo flotar y elevarse, metafóricamente hablando. Pues le voy a bajar del guindo con esta llamada, «Toni, majo, cuando salgas del bar pásate por el Día y compra leche, huevos y detergente marca blanca, que no queda». Sé que me la estoy jugando.