De verdad que a veces el Jacobín no parece un niño, parece un reviejo con hartazgo vital. Ayer fue todo el camino al colegio arrastrando con desgana el dinosaurio por las paredes, sin hablar ni rugir. Hoy, desde las escaleras del portal ha pronunciado observando la calle y encogiéndose de hombros:»mundo». Y después, según íbamos avanzando, él iba diciendo cabizbajo: más mundo, más mundo, más mundo, más mundo. Pero, claro, como en realidad es un niño, ha gritado de repente, ¡un animal!
Será un perro, le he dicho. Resulta que no, según él era una oveja magrón, es que no pronuncia bien la erre. Esperemos que en realidad no fuera un dícese del roedor de gran tamaño que puebla las alcantarillas madrileñas porque si el único aliciente al «más mundo» va a ser un rata apañaos estamos.
Cabizbaja yo también he vuelto a mis tareas, cómo me pesa el cuerpo los viernes, estoy para pocas persecuciones de pelusas, «más mundo, más mundo, más mundo», iba diciéndome mientras las atrapaba sin mucho interés. Menos mal que me esperaba el paseo diario, a la Patricia no le importa que haga frío , «venga, venga, ve ya terminando y llévate a la niña a que le dé el aire». Cualquier día nos manda al gulag siberiano y tan contenta de quedarse sola un rato, que ya me conozco sus gustos tan bien como ella se conoce los míos.
Y con la Esme lo mismo, también empezamos a ser «más mundo» la una para la otra, sobre todo yo para ella, ella a mí todavía me sorprende a veces dada su facilidad para cambiar de estado de ánimo, intereses y opiniones cada milésima de segundo, pero digamos que es una sorpresa conocida, «más sorpresa». Pero hoy ni eso porque no estaba, de lejos me ha saludado su padre.
Hoy es mi cumpleaños, muchacha, cumplo nada más que ochenta y seis. La de gente que me ha felicitado ya por el cacharro verde este del teléfono, me ha felicitado Bankia, Óptica Roma, el Corte Inglés, el cardiólogo y un sobrino nieto que tengo en Canadá, se ve que se aburría el chiquillo. De los otros todavía estoy esperando. Ahora, en cuanto venga Esme, me voy a Canillejas, ese barrio todavía no me lo tengo peinado. Me gusta darme vueltas en los autobuses y bajarme siempre en la última, para ver Madrid, como son gratuitos… ¿no te has fijado que van llenos de viejos? Pues uno siempre soy yo.
Mira qué majo el señor Juan, ¿y no se cansa de dar vueltas y de ver siempre lo mismo?, le he preguntado influenciada por el Jacobín, alias el filósofo hastiado.
De eso nada, que me queda poco por aquí, me gusta orearme y mirar la vida y además al viejo que no sale, le sacan… pero con las piernas por delante. Lo has pillado, ¿verdad? Pero antes me voy a fumar un puro para darme impulso.
Pues a la Esme creo que no le gusta mucho que fume, cuando venga se va a enfadar, señor Juan. Es mi cumpleaños y aunque no lo fuera, fumo si me da la gana, paso de Esmeralda y de casi todo lo demás. Y en dirección al «más mundo» del parque ha lanzado un corte de mangas.
Jajajajaa. Buenísimo.
Con lo de Bankia, Óptica Roma y el Corte Inglés me he descojonado, es que es tal cual…
No paso mucho últimamente, pero siempre te leo, a veces desde el correo.
Hoy vengo a desearte el acostumbrado:
FELIZ FINDEEEEE 😛
Besos, chulapa.
Es que es verdad, son los que primero te felicitan y, como te descuides, los únicos.
Gracias, Celia por ese «más feliz findeeeeeeeee»,me hace la misma ilusión que el primer día 🙂
Besosssss
🙂
Besos.
Que digo yo… si te hace la misma ilusión que primer día , ¿por qué no nos casamos? 😛
Jajajaja, porque dejaría de hacerme ilusión
No tiene mundo ni nada el Jacobín. Es de lo más expresivo, cada vez me interesa más el mundo de los niños, ahí están los inicios del pensamiento, la imaginación, los primeros descubrimientos, la ilusión, las fantasías se estiran como el chicle. El mundo de los adultos cada vez es más oscuro.
A mí me pasa un poco lo mismo, ¡qué aburridos nos volvemos!
Mientras no diga «más luz» como dijo Goethe antes de palmarla puedes estar tranquila.
PD. Tengo un sobrino que de pequeño decía «radón» en lugar de «ladrón», cuando lo oíamos pensábamos que iba a ser un genio de la química, de esos con los pelos disparados en todas las direcciones, al final resultó que no pronunciaba bien la «l»
No sabía que Goethe había dicho eso, si se lo oigo empezaré a preocuparme.
Es muy bueno lo de «radón», me he reído con tu sobrino el falso químico.
🙂
Me cae bien el señor Juan.
El Jacobín tiene unas gafas especiales para ver el mundo,mundo,mundo…
Besos y buen finde.
Qué recuerdos…yo viví unos años al ladito de la Óptica Roma de Manuel Becerra,en la esquina…
Es muy majo, a mí también me cae muy bien, pese al olor a puro.
Pero no te felicitarían el cumple los de la Óptica, espero 😉
Yo vivo bastante cerca de esa plaza.
Besos, Carmen, que disfrutes del fin de semana.
Jajajaja. A mí también me saludan por mi cumple un montón de tiendas. Son más majos…
Hace bien Don Juan en pasar del «más mundo». Que lo zurzan.
Besotes!!!
Qué rabia da cuando te llegan esas felicitaciones tan desinteresadas, ¿verdad?
Sí que hace bien el señor Juan, sí.
Besos
Mientras que los demás van… el señor Juan ya vuelve…
Besos.
Si con esa edad no te las sabes ya todas….
Besos
😀 😀 😀 Creo que mientras hoy haga la comida me vendrá a la mente lo de «más mundo». Este Jacobín es un Schopenhauer en ciernes.
Lo de los autobuses llenos de ancianos también ocurre en Barcelona. Siempre están al acecho para que nadie se siente en los asientos reservados y si alguien osa hacerlo, ya tienen un rato de diversión asegurada 😉
Tenemos unos cuantos ratos al día de «más mundo», ¡qué remedio!
Schopenhauer en ciernes, jajajaja
😀 😀 😀 más mundo hoy también
Sí, voy a hacer lentejas
¡Qué ricas! 😉
Muy bueno. «Más mundo, más mundo, más mundo…» Jajaja, creo que de eso tenemos todos un buen hartazgo. Es como un mantra de resignación, casi me suena a «las cosas no me gustan pero la realidad no va a parar de darme hostias.» Algo así.
Me he partido con lo de la oveja magrón.
Y el pobre dinosaurio…arrastrado por las paredes…es que he sentido los arañazos en propia piel…
Sí, algo así creo que quería decir.
Te veo muy identificado con el Jacobín, será que no has dejado de ser un poco niño.
Muy probablemente. Aunque ahora lo más probable es que diga: «Más internet, más internet, más internet…» Qué agobio.
Pero de internet puedes salir y volver a entrar cuando quieras, del mundo como salgas…
Mi hermana también se sube en autobuses con mi sobrino, solo por pasear, no para llegar a ningún sitio. A él, como al padre de Esme, también le encanta ver el mundo.
Es un plan muy bueno para hacer con niño cuando llueve o hace mucho frío.
Tu sobrino tiene espíritu viajero.
Maravilloso, me encanto
Gracias es muy real ese Jacobin, para comerselo
Sí, como suelen ser los niños, te enseñan tanto sin proponérselo…
Jajajaja… Me encanta el papá de la Esme, que se joda el mundo. Y a mi Jacobín, pobrecito mi niño, siempre le toca la parte más difícil. La madre sigue siendo igual de pésima. Oye, que el frío hace daño, pobrecita la Morganina. Yo que no salgo cuando hace frío por no pasmarme. Pero nada, tu eres la peor que estás que la tienes que soportar. Más mundo, Paloma, más. Un beso.
El padre de la Esme es muy auténtico el hombre.
Más y más mundo también para ti.
Un beso enorme y muchas gracias por la lectura y los comentarios. Uno se me ha ido a spam, luego lo rescataré.
Ay, no me dejes que me pasme en el espacio ciber… Un beso.
Luego te rescato, desde el móvil no puedo. Te echo una manta por encima
Jajajajaja… Si, por fa…
Niño filósofo y sabio escribiste. Esos niños existen y son increíblemente sorprendentes con sus sentencias indiscutibles o con sus cuestionamientos a los cuales es tan dificil darle respuesta. Lindo relato.
Es verdad, claro que existen.
Gracias por la lectura. Un saludo
Conocía a un viejo de un pueblo que no se cansaba de ver mundo. No había autobuses en el pueblo pero una de sus hijas tenía una agencia de transportes. El viejo se las ingeniaba para montar cada día en uno de los camiones y largarse por ahí con el chófer.
Era su ilusión y la mantuvo hasta su muerte. Un día, mientras buscaba viaje, uno de los camiones, dando marcha atrás, le pilló en el ángulo muerto, nunca mejor llamado, y lo aplastó.
¿No te has escrito esta historia? Porque es de relato.
Pues también es de agradecer que por lo menos se acuerden los voceros automáticos del banco y te feliciten. Que razón tiene tu señor Juan, cuanto más viejos más ganas de mirar a más mundo. Que este verano más mundo lleva casi siempre mini shorts. Un besazo.
Eso más que más mundo es «más muslo», pero bueno, que también son parte del mundo y no poco importante.
Besos!!