Como del Florence ni rastro, hay que ver cómo exageran en los informativos para tener entretenido al personal, no nos ha quedado más remedio que ir a trabajar, al Toni también. Antes de despedirse ha dicho algo entre gruñidos de la sequía extrema, de la sucesión de tifones y del perrotón, esa carrera popular en la que corren juntos amos y perros y a la que tanta manía tiene. Él sabrá por qué.
La Patricia me ha recibido con su larga melena rubia cayendo en cascada, cara de angustia suma y un peine en la mano. Pensaba que quería que la cepillara el cabello, como esas doncellas de las películas que atavían y desatavían a sus aristócratas señoras. Me hacía ilusión jugar a Downton Abbey pero no, por desgracia.
Los niños tienen piojos, me ha dicho un poco seca, como corresponde a su condición superior, ya les he puesto el champú pero antes de salir pásales la liendrera a conciencia. Y luego se queja el Toni de lo que tiene que aguantar en el bar. Primer día de trabajo y me toca masacrar a una familia entera de piojos incluidos los nonatos.
Una vez perpetrado el holocausto por encima, he dejado algún superviviente, un poco por piedad y un mucho por pereza, nos hemos largado al parque. El Jacobín subido en unos patines haciéndose el chulo y la Morganina tocando una pandereta, tiene aficiones musicales desde que nació. En ese parque estaba esa amiga mía llamada Esmeralda como si nunca se hubiera movido del sitio. A lo mejor es que no se ha movido. Tampoco es que haya tirado cohetes cuando nos ha visto llegar, qué poco hospitalaria.
Ya estáis aquí otra vez como no podía ser de otra manera, ha dicho a modo de recibimiento.
Sí que podría ser de otra manera, Esme, el Jacobín podría haber venido en bici y la Morganina tocando el tambor, por ponerte un ejemplo de los básicos.
Es una frase hecha y muy tertuliana, la digo porque me repatea, ya sabes que me gusta decir lo que odio. Anda, ¿y qué les ha pasado a los niños? Pobrecillos, qué viejos están, va y me salta.
Pero, ¿cómo van estar viejos si solo tienen cuatro casi cinco y dos casi tres años? Han crecido, eso sí.
Viejos, reviejos, dan pena, al Jacobín se le ha puesto cara de notario o de decano, no sé muy bien y a la niña directamente de loca de atar. Que suelte ya esa pandereta que necesito paz para lo que estoy aprendiendo a hacer.
Ah, qué bien, algo nuevo, ¿y de que se trata?
Dame todos tus bitcoins o te bloqueo la página, mameluco, oigo que dice mirando la pantalla de su cacharro.
No me sale, tengo que practicar más esto de los ciberataques, pensaba que en dos días lo iba a tener dominado, me veía irrumpiendo en el Fondo Monetario Internacional por una de esas brechas en la seguridad, liándola parda y sacudiendo los mercados.
Pues no, Esme, no es tan fácil además de ser delito.
Oye, ¿y por qué se rascan tanto las cabezas los dos chiquillos viejos, no estarán parasitados?
Pudiera ser, no descarto ninguna hipótesis, le he dicho haciéndome la policiaca.
Alejaos cuanto antes, solo me faltaba ser una hacker fallida y piojosa.
Pues no, Esme, nos vamos a quedar un rato más. Dale a la pandereta, Morganina. Y así ha hecho, tiene un sentido del ritmo innato, como no podía ser de otra manera.
La Morganina acabará en la tuna de su Facultad, si es que llega allá, ya me la imagino dando brincos
Pobre chica, espero que no le dé por la tuna ni por formar un coro de villancicos.
Ya veremos, ruido de momento sí que hace.
Besos, Chus.
Besos, Paloma 🙂
Que mañanita te han hecho pasar! Tu nada es peor, la Patricia, piojos , liendres y de remate la Esme!!
No podia ser de otra manera!
Siempre es dificil volver de las vacaciones
Muy divertido
¿A qué sí? Para que luego se queje el Toni de su bar.
Gracias, Edda 🙂 🙂
Besos!
Si los ataques cibernéticos fueran sencillos habría toda una industria de la defensa digital.
¡Ah no! esa si existe.
Siempre hay alguna brecha, sea eso lo que sea.
Hoy en día los niños nacen viejos… medio muertos ya… es que los padres también son cada vez más viejos… de hecho de seguir así pronto en vez de un pan bajo el brazo traerán un ataúd.
Besos.
Lo de los padres viejos es verdad, algunos podrían ser abuelos más que padres.
Pero estos dos te digo yo que están vivísimos, eso son tonterías de la Esme.
Besos
Jjajjajaajjaaj ay qué a gusto me he reído,ese final es buenísimo y los piojos por medio…jajjajaja
Gracias,me encanta leer tu humor irónico.Y con el día que llevo,lo agradezco aún más.
Besos,como no podía ser de otra manera…
😛
No sabes cuánto me alegro de las risas.
Bueno, sí lo sabes porque te lo acabo de decir.
Yo ya con la maleta preparada para ir a Venecia 😉 y sin tener que aguantar a la turistada. Cómodamente desde tu blog.
Besos!!
: )
Jajajaja muy bueno
🙂 Gracias, Marina
Besos!
Llevo rascándome un buen rato, y eso que nunca he tenido piojos, ni siquiera de pequeño. Estoy seguro que sabían que me iba a quedar calvo (por ahora voy por casi-calvo) … Un abrazo.
Yo tampoco he tenido nunca visitantes y tengo pelo, pero sí los he tenido que quitar de otras cabezas.
Es verdad que no puedes parar de rascarte aunque no tengas.
A lo mejor te quedas para siempre en el casi 😉
Abrazo, Raúl.
Volver de vacaciones no mola pero a mí me gusta que hayáis vuelto, que ya hacíais falta por aquí.
Besotes!!!
No mola nada, pero si nos reciben tan bien como tú ya se lleva un poco mejor.
Besos grandes!!
Jajajaja, es buenísimo, jajaja …
Como no podía ser de otra manera …
Gracias y un besooooo, Palomasimpática y ¡riquina!.
Sin punto después de la exclamación 🙂
🙂 🙂 gracias a ti, Rosita guapa.
Besos!
Eso se llama “la rentrée”. Bon courage.
Gracias, Antonio.
Falta hace ese “courage”
Estos niños, pobrecitos, me dan un poco de pena 😀 😀 😀
¿Por los piojos, por su madre o porque están viejos, según la Esme?
No hace falta que me contestes, intuyo que es la de en medio.
Hay padres que no merecen los hijos que tienen.
Hacerse selfies en grupo es un espectáculo para esos seres diminutos …ha sido llegar ,ir a un cumpleaños y vuelta a la rutina, corriendo a por el repelente….yo me resista ser un viejo, pero la alopecia galopante algo tenía que tener para poder hacerme selfies con mi hija y no rascarme todo el día.
..Feliz comienzo de curso
Jajajaja, pues mira, alguna ventaja tenía que tener. Y no es poca que lo de los piojos es una tortura.
Vaya con los selfies y sus peligros!
Igual para ti, Vidal.
Cuando nació la niña, así con artículo determinado, una amiga, digo que modelo Esme. dijo: ¡Hala que ya teneis la horterada de la parejita! En todo tiempo y lugar hay personas que son queridas a pesar de que gastan a mansalva mala leche. Creo que esos nenes tienen mucha suerte porque cuando les cuidas reduces en gran medida la probabilidad de que vean la tele, que la pantalla atonta mucho y además genera extrañas expectativas.
Voy a explorar en busca de fotos unos días y sólo me consolará de tu ausencia, la compañía de Me la he cargado.
El primer párrafo lo he pedido para el día del padre. A ver si hay suerte y este año recuerdan del transportista avituallador que les inscribió en el registro. Un abrazo.
Ay, muchas gracias, Carlos.
Me hace una gran ilusión que leas los libros, pensaba que ” Me la he cargado” ya no se podía encontrar. Ojalá pases un buen rato en su compañía.
Seguro que haces muchos hallazgos fotográficos. Espero verlos pronto.
Un abrazo y más gracias
Está en la sección juvenil de la biblioteca pública. Creo que, en las manos adecuadas, puede llegar a ser un arma de destrucción masiva. Jajaja. Un abrazo.