¡Oh, mundo! Estás demasiado lleno.
Demasiado lleno de puestas de sol, de perchas para la ropa, de bocas y manos, de sexos y estrellas.
¡Oh, mundo, mundo!
Estás demasiado lleno de seres que nacen y mueren sin cesar, de huevos y gallinas, de granos de arena, de rocas fedespálticas y de uñas de los pies.
¡Oh, mundo, mundo, mundo!
Estás demasiado lleno de ventanas y de ojos que miran a su través para contemplar una pequeña porción de ti.
Demasiado lleno de cuentas de instagram tratando de capturarte, de capturarse a ellos en ti.
Es insoportable todo lo que te fotografían, mundo, yo la primera.
A veces me gustaría pisarte como a una de esas bolas de los plátanos de sombra, plas, plas, aplastarte como hacen los niños liberando esporas,
otras guardarte para siempre en mi bolsillo y tocarte con las puntas de los dedos.
Pero no cabes y el para siempre no existe.
¡Oh, mundo, mundo, mundo, mundo!
tan lleno de ti y de todo lo existente, de tanto y tanto que mareas.
Y yo dentro dando vueltas, desgastándome en cada giro,
ínfima.