Un mensajero para Nélida

De sobra sabía que Nélida no creía en él,  pero algo había que hacer antes de que las cosas fueran a peor, así que le envió un mensajero camuflado y lo puso a correr por el camino arbolado por el que ella transitaba cada mañana camino del trabajo.

Estaba Dios muy preocupado por el sombrío estado de ánimo de Nélida, por su falta de energía, por esa apatía con la que pisaba o más bien se arrastraba por cada uno de los días que él le iba colocando cual alfombra roja.

También estaba un poco cabreado, pues la que antes había sido admiradora incondicional de su obra ahora ni la miraba y no sería porque él no dejaba de diseminar bellezas a su alrededor. Anoche, sin ir más lejos, una hermosura de luna llena en su misma ventana. Y  Nélida, que en otros tiempos se hubiera extasiado con ella, se limitó a bostezar rascándose una pierna por encima de la tela del camisón y solo dijo, «¡qué sueño tengo, estoy machacada y qué mal huele hoy la calle, ¿están friendo qué?»

Y así con todo, ya  nada de lo que había amado lograba causarle  emoción ninguna.

Pero ¿por qué, por qué mis alegres se vuelven tristes?, ¿por qué llegado un momento dejan de admirar mi obra y pasan indiferentes ante ella, consumidos por el tedio?, ¿qué les pasa? Tú, no, Nélida, tú no me puedes hacer esto, te voy a mandar un ángel del señor, o sea, un ángel mío y a ver si te enderezo antes de que sucumbas. Estoy perdiendo seguidores que esto es un no parar.

Tú mismo, ven, asómate y observa, ¿ves por esa vereda arbolada, -qué bonita me quedó y no es por nada-, a esa mujer que no levanta la vista del suelo, a esa que parece a punto de echarse a llorar ? Desciende y trata de animarla un poco, hombre. Pero antes quítate esas alas y esa túnica azul y nada de bucles dorados, vas a ser… atleta negro, por ejemplo.

Al ángel, que estaba deseoso de cambiar de identidad y de salir un rato del cielo le pareció mejor que bien darse un aire a Usain Bolt,  pero antes quiso perfilar algún que otro aspecto para ser más veraz

-¿Pero sigo compitiendo o corro ya solo por afición?

-Lo que más te guste pero que Nélida vuelva a ser feliz, que admire mis amaneceres y mis ocasos, mis árboles y mis estrellas, que se extasíe con el sonido del viento entre las ramas, que se quede hipnotizada mirando el mar. Es lo que hacía antes de forma natural, era muy, muy fan,  pero, poco o poco y sin que me diera ni cuenta, se fue apagando,  se alejó. No pretenderá  que innove a estas alturas de la creación, mi obra ya está hecha y bien preciosa que me quedó, que se conforme con eso y vuelva a decir al menos una vez al día, ¡qué maravilla!, que se ponga en los auriculares el «Viva la vida» de Cold Play, como solía.

-¿Puedo ser agente de la FIFA?, le preguntó el ángel del señor al susodicho señor, me haría ilusión.

-Como poder…y ya estás tardando.

Harta de contemplar el desfile de las hormigas que le recordaban demasiado a ella misma y a sus inútiles afanes,  Nélida levantó un instante la cabeza y vio a un fornido y más que bien plantado hombre que pasaba a su lado trotando y sonriendo a la vez. Sus ojos lacrimosos detuvieron el llanto  para contemplar con arrobo la elegante zancada del corredor, el brillante tono oscuro de su piel, su luminosa dentadura y sus portentosos cuádriceps. Todo él era un prodigio de belleza y armonía además de irradiar una luz que en un instante iluminó el suelo de tierra gris, el cielo gris, los zapatos grises de Nélida y la vereda entera.

Hola, dijo él con sencillez deteniendo su majestuoso trote.

Hola, sonrió Nélida sin tener que forzarse por primera vez en meses  y meses. Además olía bien, a algo dulce, como a ensaimada rellena.

El hombre le dijo que llevaba mucho tiempo viéndola pasar por ese mismo sendero, le explicó con mucho orgullo que era agente de la FIFA y que por ello viajaba muy a menudo, pero que cuando estaba aquí le gustaba correr por ese camino ya que tenía frondosos castaños a cada lado.

Los árboles, por alusiones, soltaron de golpe unas cuantas castañas que cayeron sobre la cabeza pesarosa de Nélida haciéndole el efecto de un electro shock vegetal, por así decir.

«Huy», dijo ella y después de ese» huy» el apuesto corredor ya no estaba. Se lo habría imaginado.

Qué lindos le parecieron a Nélida los niños que hacían su clase de gimnasia al aire libre, los veía cada día pero nunca les prestaba atención, es más, le molestaba que siempre estuvieran en el mismo sitio.  Una de las niñas, la  rechoncha con coletas,  se negaba a saltar a la cuerda. La profesora le estaba diciendo, «hoy saltas sí o sí». Saltó y se cayó, cosas que pasan.

La luz del sol se filtraba entre las hojas  formando rayos de luz. Nélida cruzó por ahí, atravesándolos. Se sentía un poco menos cansada, un poco menos triste, un poco menos ansiosa.

Pero  di qué bonito, al menos, hija, refunfuñó desde arriba un poco mosca, el señor Dios.

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30 comentarios en “Un mensajero para Nélida

  1. Me ha encantado. Me has parecido increíblemente inspirada, más que otras veces, si cabe. O inspirada de otra forma, y eso también me ha gustado. El relato me parece tremenda y profundamente hermoso, y muy tierno. El mensaje es profundo y está claro: apreciar y amar la vida, las muchas cosas hermosas y sencillas que tiene.
    Además es tremendamente divertido, el sentido del humor irradia igual que esa luz del ángel negro. Muy bueno lo del ir perdiendo seguidores, y ya me he reído mucho con el cierre, Dios refunfuñando mosqueado.
    Pues sí… «¿qué les pasa?»… será que la vida es muy dura, y que trabajar y ver consumidas tantas horas solo para lograr un sueldo a fin de mes es más bien un asquito. Claro que se puede cambiar esta forma de planteárselo. Para eso necesitamos otro ángel, y ese ángel puede estar dentro.
    Vaya, y cuando te giraste para contestar, el comentador ya no estaba.

    1. A ver si vas a ser el ángel comentador…
      😉
      Estoy contenta de que te haya gustado porque me está costando que se me ocurra algo y voy a perder a los seguidores yo también.
      Deberíamos mantener el asombro y la capacidad de mirar y apreciar la belleza pero no siempre sale. Falla el ánimo , caemos en la rutina, no viene ningún mensajero celestial a recordárnoslo y vamos como las hormigas.
      Puede que esté dentro, como dices, escondido.
      Namastebesos y gracias!!

    2. Aunque puedas perder seguidores, para mí seguirás siendo una diosa, je je… (pelota).
      Sí, es todo lo que dices: no siempre sale, falla el ánimo, la rutina…
      Pues yo creo que adoptar el punto de vista de Dios para el relato ha estado requetebien.
      Namastebesos.

  2. ¡Qué bueno! A todo nos acostumbramos y nos cuesta ver la belleza en lo rutinario. Aunque yo soy un poco ñoña y suelo quedarme in ratito extasiada mirando por el balcón (monte, caseríos… tengo una vista muy bonita). Debe ser por eso que no se me aparece ningún ángel, a no ser que sea alguno de los jubilados que me saludan desde los bancos. 🤔
    Un besote

    1. Es que el ángel eres tú, el que se aparece desde el balcón a los jubilados, está clarísimo.
      Si yo tuviera unas vistas así estaría casi todo el día asomada mirando.

      Un beso, Luna

  3. Un dejo tierno, un dejo dulce, en una tierna dulzura se va transformando y borra sin lugar a dudas el desánimo, de nuevo vuelve la luz a encenderse y con ella cualquier detalle resplandece. Un abrazo grande

  4. El final es la guinda a esta acertada ocurrencia que has tenido!

    Huy…si pudiera ser Paul Newman (a la hora de comer me viene bien)…ahí lo dejo por si…
    ; )

    Besos celestiales.

    1. Paul Newman y además con horario!!!
      Bueno, tú el mensaje ya lo has lanzado, ahora a ver si llega a destino.
      Lo de la ocurrencia me ha sonado a Rajoy, jajaja.

      Gracias, Carmen
      Un beso.

  5. Es una excelente idea de Dios mandar a Nélida uno de sus ángeles bajo la forma de un fornido atleta negro. ¿No crees que realmente ocurren cosas así? De pronto algo o alguien nos alegra el día, nos devuelve la confianza. ¿Qué puede ser si no un mensajero divino? Pero como hemos optado por la ceguera y el negación, la mayoría de las veces pasa a nuestro lado sin que lo veamos o nos sonríe sin que nosotros correspondamos. Este relato ha sido una inyección matinal de optimismo.

    1. Sí que lo creo, no sé si son enviados divinos ni de dónde salen, pero hay seres luminosos que se cruzan con nosotros cuando más falta nos hace.
      Muchas gracias, Antonio.

  6. Con lo que fastidia perder seguidores en un blog, que parece que nunca nos vemos hartos, imagina si resulta que has parido un universo completo y nadie se detiene a mirar tu nueva publicación. Hale dile a Dios, que por mi parte cuenta con unas cuantas fotos de promoción. Un besazo.

  7. Me ha gustado mucho la historia que has creado, Paloma, teñida de un humor sutil y especial con este Dios que lamenta perder seguidores y exige a sus ángeles asistentes olvidarse de alas, bucles y túnicas…😊😊😊 ¡Está genial! Me están viniendo muchas ganas de preguntarle al señor Dios si puedo sugerirle qué personaje, en calidad de ángel, estoy necesitando…¡ja,ja,ja!
    ¡Un abrazo grande, Paloma!

  8. Dios es un incomprendido, ni mandando ángeles famosos y atléticos consigue admiradores entregados. Aunque ya ha empezado a hacerlo, va a tener que acostumbrarse a cambiar sus estrategias de marketing. A lo mejor Nélida es su experiencia piloto … Buen fin de semana, Evavill.

    1. Es la fuerza de la costumbre, dejamos de apreciar la belleza aunque la tengamos delante. También pasa con algunas canciones, bien lo sabes.
      Puede ser que esté haciendo pruebas, es triste que no se valore tu arte.
      Un saludo, Raúl.

  9. ¡ El Señor lo sabe todo ! Un poco de la atención masculina, una sinsera mirada de admiración y el dulce olor de ensaimda rellena en conjunto pueden cambiar el mundo tanto por dentro como por fuera de cada una mujer. Ni siquiera hace falta que sea el agente de FIFA guapo y elegante . Admiración y atención personalizada …es que La Mujer -¡ne-ce-ci-ta !- gustar. Un abrazo , Paloma.

  10. De buenas y en las distancias largas Dios es un tipo muy majo, pero como la Nélida no espabile nos monta aquí la del diluvio universal 🙂

    Me gusta la historia, como siempre, vaya, pero te lo digo para que no hagas como Dios y te enfades

    1. Jajaja, lo mismo te manda un mensajero celestial que una inundación, según lo considere oportuno.

      Agradezco siempre que me digan algo bueno y no me importa la repetición :))
      A imagen y semejanza del creador.
      Gracias, Beauseant.

  11. ¡Ay, esos ánimos tan desanimados que anidan a veces en el interior y que tapan nuestros ojos y no nos permite ver la belleza de cada día!!!
    Me siento como Nélida en estos días del cansino verano que me agota, y no me atrevo a pedir que llueva por si viene furiosa y ramplante como el mes pasado…
    Estaré atenta por si me encuentro con un ángel, aunque ya estoy más contenta después de haberte leído.
    Mil besos, Paloma

  12. Me alegro mucho si te ha servido de algo leer esto 🙂
    Te entiendo bien, Maite. Un ángel o más de uno nos vendría bien a todos muchos días.
    Como la lluvia ,que también se debería presentar, pero lluvia buena y no a lo bestia.

    Un beso!!

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