-Cotilla, que ya estás cotilleando, me dijo Leandro.
Me sienta mal que me diga eso, porque no es cotilleo es información. A mí no me interesa la vida de los demás, salvo que me molesten. Y bastante guerra nos han dado ya los sucesivos inquilinos del piso de arriba, demasiada ya. Por eso, en cuanto oigo las ruedas de una maleta o pasos o muebles que se mueven me pongo en alerta, me alerto toda yo.
No estaba cotilleando, listo, que te pasas de listo, solo estaba intentando averiguar quién ha venido esta vez al piso de arriba para…
-Para nada, me cortó él con toda su sequedad. Sea quien sea te vas a tener que aguantar, tú no decides a quién se lo alquilan. Ellos lo alquilan y ya está.
Ellos, eso sí que me inquieta, no sé quién son ellos, ellos son una agencia, qué más le da a la agencia ellos las personas que viven debajo y si se vuelven locas con los ruidos o no se vuelven, como si se nos cae el techo en la cabeza. Con tal de que les paguen y hacer su negocio…eso sí que me inquieta a mí. Ya casi no quedamos vecinos de los de verdad. Solo Sagrario, la del primero, y ha perdido el juicio la pobrecita mía, pero si se pone abrigo en verano, con eso lo digo todo. Los demás vienen y van, vienen y van como las olas del mar.
Qué mala suerte hemos tenido, le dije a Leandro.
¿Mala suerte, mala suerte? Si tú llamas mala suerte a tener una casa en el centro sin hipoteca… Tú es que no sabes lo que es la mala suerte.
No es lo que me dice sino el tono. Comprendo que está de mal humor porque tiene la edad que tiene y se ha tenido que venir a vivir con su madre, o sea, conmigo. No hacer nada en todo el día salvo la compra tiene que desesperar pero, ¿yo qué culpa tengo? Yo no tengo la culpa y no soy cotilla, solo miraba para saber quién había venido al piso de arriba. Me puse a hacer que recogía mi ropa porque oí sus cuerdas. Era una mujer de edad…no lo sé calcular, no muy joven, tampoco vieja, como Leandro o puede que menos.
Le dije hola, ¿qué tal? No me contestó a la primera, se metió corriendo para dentro y solo vi como un trozo de pelo rojizo, color de ardilla. Eso me pareció, una ardilla, una ardillita asustada, de esas que salen huyendo a toda mecha en cuanto pretendes acercarte. Después se ve que se arrepintió y volvió a salir, dijo hola ella también y se volvió a esconder. Su cara me recuerda a la de alguien, como si la hubiera visto antes, en alguna película o serie a lo mejor, yo veo muchas, me distraen. A veces son los mismos actores de otra serie anterior que se han pasado a la nueva, eso sí que me vuelve loca, pero ¿este dónde salía también? Hasta que no lo adivino no me puedo concentrar, pero cuando lo adivino, qué alivio me entra. Por la calle también veo bastante a los de las series, que no son, ya lo sé, pero los veo porque es mucho el tiempo que paso a su lado y saltan de su vida a la mía.
Es una mujer, le dije a Leandro. No sé sí vendrá sola o acompañada, si solo es una y no da fiestas y tiene un horario normal podemos respirar en paz.
-¿Ves cómo eres una cotilla?, me dijo él sin levantar la vista del ordenador.Todo el día está ahí dentro, busca trabajo ahí dentro, busca novia ahí dentro, todo lo busca ahí dentro.
-Una cotilla integral.
-Parecía una ardillita, tiene el pelo rojo, no rojo, marrón rojizo, como las ardillas. Se asustó, es tímida.
-Como para no asustarse contigo haciendo de vieja al visillo. Y qué manía tienes de ver a todo el mundo forma de animal, ¿a mí qué animal me ves?, a ver, dímelo.
De asno, hijo, de asno, le tendría que haber dicho. Pero claro, una se calla por no pelear, para que haya paz. Está de mal talante, el Leandrito. Lo comprendo pero yo no tengo la culpa, yo también tengo mis problemas.
No ha hecho ruido hasta ahora la ardillita, menos mal. Es que cuando no me dejan dormir por las noches se me pone muy mal cuerpo, después ya no soy persona en todo el día, no sé qué soy. Si hasta veo doble el cartel de «Apartamentos Mari Paz», como si hubiera bebido, pero es de puro sueño.
Hoy me la encontrado saliendo del portal, llevaba como una especie de maletín en la mano. Me recuerda muchísimo a alguien, de la serie que estoy viendo ahora no es, tengo que hacer memoria. Ya no puedo dejar de pensarlo. Se ha metido ahí, en ese sitio donde va la gente a pintar. A mí me parece una actriz o algo así, ¿a quién, a quién se parecerá?
Jajaja, tienes razón, ya no quedan vecinos cotillas de toda la vida. Besos, Paloma.
No es cotilleo, es información 😉
Besos, Roque
Si si, siempre lo tuve claro: información pura y ‘dura’ 😏
Pues a mi me encantan las vecinas que te hacen la ficha completa en la escalera porque regalan croquetas de bandera. mucho mejor que las del bar. ¡Dónde va a parar!
Leandro, tiene nombre de protagonista de zarzuela. ¿Cómo cantará aquello de una morena y una rubia, hijas del pueblo de Madrid…
Un besazo.
Ya verás como esta le hace algún regalo culinario a la «ardillita».
Leandro, es verdad, qué nombre más zarzuelero me ha salido.
Mi padre nos cantaba ese trozo a mi prima y a mí cuando éramos pequeñas. Ella era rubia y yo morena, jajaja, me trae buenos recuerdos.
Un beso, Carlos.
Que criticones son los hijos!!!
Menos mal que tengo,( yo), nietos. Ellos me vengaran.
Muy bueno tu texto. muy bien pintados los caracteres
Los vi en una peli…o en la tele
Felicitaciones
Este desde luego sí, no la deja en paz.
Esperemos que los nietos, si los tiene, ejerzan su venganza.
Gracias, Edda :))
Un beso!!
Yo también veo a todo el mundo con caras y formas de animales, ay Dios….
Es más… un día, no hace mucho, me dio por fijarme en los dientes de las personas, me refiero a fijarme en ellos independientemente de la cara y los labios… y ahora todos me parecen bestias…
Voy para nota eh…
Besos.
¿Monitos? 😉
Es que hay algunas caras que…
Ahora ya no puedes ver dientes con las mascarillas.
Besos
Pues la verdad es que me ha dejado con intriga, en serio. No sé la intención final, pero pintaría un thriller. O sea, yo también querría saber de este personajillo que va y viene 😁
Es la protagonista del relato anterior.
He dejado alguna pista pero me temo que no se ha entendido.
No importa, también se puede leer sin relacionarlo.
Sí, me daba cuenta de que estaba relacionado con el relato anterior porque aparecen los apartamentos Mari Paz, y por eso la intriga. Perdona, señora, pero eso habría sido parte de la intriga 😉. Deberías habérmelo dejado para adivinar, jajaja. Has dejado bien la pista y solo había que seguir leyendo próximos para atar cabos 😄
La pista de los apartamentos la he añadido después. He hecho trampa.
Jajajaja tramposa 😍😊😍😍
Hola, Margui. Cuánto tiempo!
Más que trampa es un arreglo para que se entienda 😉
Besos
Ya había leído el relato anterior… con este arreglillo quedó claro. Volveré a leerlos por si más adelante aparecen más pistas.
Entro de vez en cuando y os leo a alguno.
Besos
Gracias por pasarte a leer, Margui.
Un beso :))
Gracias a ti por seguir escribiendo ❤️❤️❤️
Soy muy insistente, como verás.
Y tú muy maja 😘
Jajajajaja no decaigas, yo seguiré buscando tus historias
Pues está igual de bien. Trampa perdonada. Pero la relación la veías desde el principio, no? O se te ocurrió después?
Claro, la relación era intencionada. Pero pensé que quizá no se entendía bien y había que añadir un elemento que lo ligara.
Pues perfecto está.
Además estaba el Atelier…
Eso sí 🙂
¡
¿A quién, a quién?
Se va a tirar horas espiando. 😉
Pensando, pensando, que no es lo mismo
No es cotilleo, es culturilla general. Aunque mejor no decirle que la nueva vecina ha entrado al sitio de pintar a por un churro nuevo, creo que se liaría demasiado.
Me ha gustado, ¿seguiremos conociendo a más vecinos?
Un besote. 🙂
Si se me ocurre algo y tengo tiempo y ganas, sí. Habrá churro nuevo.
Besos y gracias, Luna
¡Que bueno… Madre mía! Es como si fuera mi portal y así que soy recien llegada ,la vecina de abajo que vive con su hijo Isidro subió enseguida al oir mis pasos y me hizo un interrogatorio, con buenas intenciones , claro esta, para que seamos buenas vecinas. No sé si me identificó con algun animal pero al olvidar mi nombre se refiere de mi con los otros -la que no usa el ascensor- .
…todo lo busca ahí dentro…..Paloma , es genial. Un abrazo.
¿De verdad tanta coincidencia?
Me estoy dando miedo. O será que escribo tan de la vida normal que os puede haber pasado a cualquiera.
Besos para la que sube por las escaleras.
Y muchas gracias!!
Buen personaje la cotilladora, con ese hijo de los que abundan en demasía en esta época, que nada les viene bien y que el humor de hastío se les escapa en cada respiración. Hay que ver como sigue, si no terminan las dos en el Atelier cotillando o mejor dicho informándose. Un abrazo grande, espero el siguiente
Jajaja, pues quién sabe.
A la ardillita no la veo muy cotilla pero lo mismo me sorprende y también se quiere informar.
Otro abrazo, Themis.
Hay matices en eso de ser cotilla y «vieja del visillo», ja ja ja.
En mi pueblo, diríamos que es una «pasanta licenciá»….
Creo que está en su derecho de saber si van a dejarla dormir o no por la noche, imáginate que son unos cuantos estudiantes, ya sabes, fiesta cada fin de semana!!!
Buen relato, Paloma.
Besos
Jajaja, qué buen nombre, me encanta. Lo usaré.
Claro que está en su derecho, yo haría lo mismo, investigar quién ha venido y si voy a tener paz o no.
Muchas gracias por las lecturas, Maite
Besos!!
Podría decirse que es cotilleo, pero en defensa propia. Pobre mujer, entre los vecinos de arriba y el asno de su hijo, la que está para salir en una serie de televisión es ella. Saludos.
Todos podríamos salir en alguna serie, en realidad. No todas serían apasionantes ni de acción pero donde hay vida hay tema para la ficción.
Un saludo, Raúl.
La vida real no suele tener ninguna épica, por eso cotilleamos en las vidas ajenas… perdón, recabamos información de otras personas 😉
Aunque, ahora que lo dices, sí, la mujer con aspecto de ardilla me recuerda a alguien.. quizás nos lo aclares más adelante 😉
Puede que la hayas visto en alguna serie. O en más de una porque los actores se repiten 😉
En cuanto al cotilleo, yo no lo llamaría así. El interés por otras vidas es natural, qué aburrido mirarnos solo a nosotros. Es verdad que en algunas personas está demasiado acentuado ese interés.
Saludos, Beauseant.
Yo tengo una vecina que se pasa el día «recabando información»…tanta que a veces le simplifico (puro cachondeo ya) la tarea y cuando llego y voy a aparcar digo en voz alta «Ya estoy aquí» jajajajaja y acto seguido se oye su persiana…sí,la vieja del visillo (no tan vieja,tendrá unos sesenta y pocos) es mi vecina.
Jajajaja, haces bien en facilitarle el trabajo. Que lo de cotillear tiene que ser muy cansado.