El mundo y sus misterios

La familia de griegos ocupaba un puesto en el mercadillo, debajo de un cinamomo. Vendían pájaros de cerámica. Al proceder del mismo molde, todos los pájaros eran de igual forma y tenían idéntica posición -las alas desplegadas como si fueran a volar-, solo se diferenciaban por la capa externa que los recubría.

Entre la madre y los dos niños se encargaban de pintarlos con colores muy llamativos. La madre, una vez cocidos y secos, enhebraba un cordel a través de un pequeño agujero que tenían en la cabeza. Del final de ese cordel colgaba, también engarzado en el mismo, un trozo de palo simulando una rama sobre la que se apoyaban los pajaritos.

Al cinamomo acudía a alborotar un grupo de pájaros de verdad, diminutos, como bolitas de plumas con una larga cola, se movían veloces entre las ramas, trinaban y armaban mucho jaleo. Esos pájaros verdaderos, de color pardo o grisáceo, se llamaban mitos, nombre que ignoraba la familia del puesto. Apenas se habían fijado en ellos, pues su principal preocupación era conseguir vender a sus hermanos artificiales, lo cual lograban a medias y según se diera el día.

El padre se llamaba Dimitris, de apellido Mitropoulos, algo emparentado con el nombre de los pájaros de verdad que revoloteaban entre las ramas y hacían acrobacias sobre su cabeza y exactamente igual que el de un famoso músico, pianista y director de orquesta de su misma nacionalidad, de quién jamás había oído hablar.

En el árbol también vivía un gato al que una mujer alimentaba, como tenía solucionada la subsistencia, se pasaba el día adormilado, tan enfrascado en sus propios sueños que ni siquiera se molestaba, aunque solo fuera por diversión,  en tratar de cazar a los pájaros.

Desde la comodidad de su rama abría un poco los ojos, contemplaba a través de dos finas rendijas la actividad de sus ruidosos vecinos y el puesto de los Mitropoulos donde se balanceaban, colgados de sus cordeles, todos aquellos otros incapaces de volar exhibiendo sus alegres colores. Y, como un filósofo cansado que por fin ha comprendido que jamás entenderá nada del mundo y sus misterios , los volvía a cerrar.

Anuncio publicitario

28 comentarios en “El mundo y sus misterios

  1. Me gusta, porque, quizá como ese gato, por fin he comprendido que jamás entenderé nada del mundo y sus misterios. Porque también yo de niño pintaba objetos simples de cerámica bajo la sombra de árboles del paraíso. Porque hace poco descubrí esos pájaros de larga cola que resultaron llamarse “mitos”. Porque nos hablas tan bien del mundo y sus misterios. Gracias, Paloma.

  2. El gato es sabio, ¿para qué entender el mundo cuando tienes la vida resuelta?, los gatos son así, toman las cosas como vienen. Existen pájaros de verdad y estos extraños seres los hacen de arcilla, pero no importa, ellos sabrán, sigamos durmiendo y el mundo seguirá girando…

    1. Tienen sabiduría vital, tú que los conoces de cerca lo sabrás mejor que yo.
      Pero como no somos gatos necesitamos darle vueltas a la cabeza o filosofar, que queda más digno.
      Aunque sepamos que no hay respuesta seguimos haciéndonos preguntas.

  3. Todo el mundo habla maravillas de los gatos.
    Serán humanos reencarnados que han llegado a lo alto de la pirámide evolutiva?
    Pues no.
    En lo alto estás tú que cada vez que escribes nos regalas imágenes bellas y sonrisas que no se apagan.
    Un beso agradecido.

  4. Los griegos del mercadillo y…
    su «Imitation of life» (R.E.M.).
    sus «Pájaros de barro» (El Último de la Fila).
    La sabiduría y ecuanimidad, o desinterés e indiferencia gatunas. O una mezcla de todo ello.
    Panza llena y pajaritos a salvo (eso parece).
    «A dormir y a despreocuparse, que son cuatro días».
    ¿Una opción solo para gatos/as?
    Los dioses pusieron también en el mercado la versión personalizada para humanos 😀.
    Namastebesos.

    1. Muy bien traídas ambas canciones, se nota tu sapiencia musical.
      Creo que esa opción la usamos también los humanos, algunos más que otros.
      Gracias por el comentario!!
      Namastebesos

  5. Escribes/describes de una manera tan natural lo excepcional o a lo mejor es al revés, haces tan excepcional lo cotidiano que resulta increíblemente fácil leerte… con la misma naturalidad que las finas rendijas de los ojos de tu gato se abren y se cierran, solo que él no comprende y nosotros creo que a ti, sí ; )
    Mil gracias Paloma, un beso.

  6. Este gato es, en realidad, la representación de la sabiduría bien alimentada y bien agradecida. Me ha recordado a dos canciones en las que los gatos son algo más que gatos: «El gato que está triste y azul» («Un gatto nel blu») y «El año del gato». Besos.

  7. Gracias Eva por este relato, por unos momentos se detuvo el mundo, los griegos, el gato, los pájaros verdaderos y la narración que se hacía eco de todo lo guardado que había en ello. Abrazo grande

  8. Un gato satisfecho suele demandar también la estabilidad de un plan de pensiones. Vacaciones pagadas. Abono transporte y una plaza vitalicia de observación exenta de tasas. Como cualesquiera bicho que tiene la oportunidad de ver pasar el mundo bajo su somnolienta mirada. El mundo, querida amiga, tiene alma de funcionario. Un besazo.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.