En el anterior episodio: (la Esme, pragmática ella, explica a Eva por qué tener envidia es una tontería que no conduce a nada)
En este mismito: (Eva vuelve al metro con doña Marga, les acompaña el Jacobín. El niño pregunta sobre la muerte, doña Marga sobre la hora punta)
Resulta que Patricia, mi jefa y señora, me ha pedido que me lleve al Jacobín algunas tardes. Dice que le parece muy bien que vayamos a casa de doña Marga o todos juntos de paseo al parque, que al niño le conviene tomar el aire fresco y convivir con otras generaciones. Lo que ella no sabe es que donde hemos ido es al metro. Aire fresco había poco pero generaciones sí, estaban prácticamente todas.
La doña Marga se ha emocionado mucho al ver al Jacobín.
Huy qué ilusión, se pone juntando las manos, ¿viene el niño al metro con nosotras? y qué trajecito tan mono lleva, con esa capucha verde, me encantaría tener uno igual, pregúntale a su madre que dónde se lo ha comprado y que si tienen más tallas.
Pero, doña Marga, le aclaro no sé para qué, si va vestido de dinosaurio, es un disfraz, eso no es una capucha, es la cabeza del bicho, como si dijéramos.
El verde es mi color preferido. Bueno y el azul y el rojo y el naranja, en realidad no podría quedarme sólo con uno, por eso me gusta tanto la naturaleza porque están todos y muy bien mezclados.
Pues podemos ir al parque a ver colores, digo a ver si cuela pero ella es de ideas tirando a fijas.
No, no, no. Quedamos en que volvíamos al metro.
Y allí que hemos vuelto. Por el camino, el Jacobín iba estudiando a la doña Marga con una cara muy seria, como si estuviera muy intrigado por algo y asustado al mismo tiempo.
Nada más sentarnos en el banco del andén, va y le pregunta, ¿te vas a morir?
Menos mal que ella, entre que está un poco sorda y que va a la suya, no se ha percatado de la pregunta.
¿Queda mucho para la hora punta?, me pregunta a mí a su vez.
Se va a morir, vuelve a la carga el Jacobín, se va morir esta tarde, precisa luego, porque está tan vieja, tan vieja… Y se encoge de hombros como diciendo, no tengo yo la culpa.
Eso sí lo ha oído la doña Marga y le ha hecho mucha gracia, tampoco sé muy bien por qué.
Qué rico es, se pone, no sabe que soy bastante inmortal, pero,¿queda mucho para la hora punta?, es que me chifla la hora punta.
¿Se muere ya?, vuelve a la carga el Jacobín. ¿Se muere ese?, pregunta señalando a un hombre más bien provecto que también estaba en el andén. Qué niño, menos mal que ha venido un tren y como todo lo que hace ruido y tiene ruedas le apasiona, se ha distraído de su obsesión fúnebre.
Otro día venimos más tarde, dice la doña Marga, hay gente pero me gusta que haya más, es mejor.
Mejor, mejor no lo tengo yo tan claro, porque la gente es muy maleducada y hasta dejaban de mirar sus pantallas, lo cual ya tiene mérito por nuestra parte, para mirarnos a nosotros y reírse. Pues ni que fuéramos los monos del circo.
Luego, el Jacobín, cuando se ha cansado de estudiar la mecánica de los trenes, ha inventado un juego nuevo, iba señalando a todos los que pasaban por delante de una edad que a él le parecía avanzada y ,casi todos se lo parecían porque cuando tienes tres años el resto del mundo es viejísimo, y decía muy solemne y dando cabezazos: te mueres, te mueres, te mueres.
Van de todos los colores, ¿verdad?, aunque predomina el negro que es justo el único que no me gusta, salta la otra muy atenta a lo para ella esencial.
“y qué trajecito tan mono lleva, con esa capucha verde, me encantaría tener uno igual”
Vale, ya lo he entendido. El Jacobín es flecha verde, y la Doña Marga quiere ser flecha verde.
Bueno, no exactamente, pero parecido.
Perdona, pero es que en cuanto leí lo de la capucha me vino a la cabeza. En ocasiones veo relaciones espurias como otros en ocasiones ven muertos. Es un problema, lo sé.
Nada, nada, si está muy bien que cada uno haga sus propias interpretaciones, así es más divertido.
Jajajjajjaja. Así de surrealistas somos; nos pasamos la vida rodeados de preguntas trascendentales y sin embargo nos preocupamos por la hora punta, si va a llover a los doce o por qué el vecino se viste de blanco para montar en bici.
Además, el Jacobín, disfrazado de dinosaurio, preguntando algo esencial. Pero claro….es un niño y además con disfraz!!!
Ay, somos……
Y que la doña Marga no tenía ganas de ponerse trascendental, me parece que últimamente sólo quiere pasárselo bien, dentro de lo que puede.
Pues genial, de todos modos, la muerte viene sí o sí.
El Jacobín me ha dado un poco de miedo. Tal vez la parca no vaya vestida de negro con una guadaña sino disfrazada de dinosaurio…
Besotes!!!!
Jajaja, esperemos que no aunque con la parca nunca se sabe.
bastante inmortal 🙂
Así se define ella 🙂
Pobre Eva, asediada con preguntas en estéreo Y qué tierno el Jacobín. No me explico cómo sobrevivió hasta sus tres con tanto derroche de simpatía. 😉 😀
Besos que ríen.
Niños y viejos, a ninguno les importa el qué dirán.
Gozan de las edades de la impunidad.
Jacobín es para ponerle un monumento, qué razón tiene!. Seguro que solo tiene 3 años?.
Tiene tres pero a veces parece de treintra y tres
Totalmente
El Jacobín es clarividente.
No se le escapa uno.
Todos muertos.
Besos.
Como tú pero en canijo
El arte de solo escuchar lo que te interesa…
Hay quién nace ya con ese arte y otros lo aprenden con el tiempo
Con capucha o sin ella, pasar por aquí es garantía de un buen rato de lectura amena, divertida y a veces atrevida. Fenomenal, Eva.
Feliz noche
Muchas gracias, Enrique. Me encanta que te pases
Pues yo me los comeria a besos a los tres. A ti por santa y aceptadora y a los otros dos por locos. De niños, de poetas y de locos todos tenemos un pocos
Me has divertido con este par!
La verdad es que hacen una pareja muy peculiar. He visto a Mina en tu face, qué bonitísima es, ¿se parece a la abuela?, yo creo que sí.
A mi también me ha dado un poco de miedo el Jacobín… vamos, que me cruzo con vosotros y me dice que me voy a morir y no me extrañaría que la palmase del susto. Es que encima me lo imagino con una media sonrisa malvada, pensando en el alijo de chupetes robados que tiene escondido donde nunca podréis encontrarlos… Cuidadín con ese niño, que Doña Marga es inmortal pero tú podrías estar en peligro 🙂
Un besazo.
Jajaja, pobrecito, si se le caían los mocos por encima del disfraz. Además, creo que en el fondo no entiende qué es eso de morirse.
Los jacovines de 3 años es que saben mucho. A veces tienen salidas que te mueres, directamente. El otro día hablaba yo en clase de las superheroínas de los comic, aprovechando que era carnaval, porque claro todos conocen a los superheroes masculinos pero y las féminas…?¿? Total que ante la pregunta , uno de ellos me respondió “sí, seño, las viudas negras”…y se quedó tan campante. No pude evitar reirme, es que tienen cada cosa…
Eres profesora de pequeños, por lo que deduzco, qué bonito trabajo.
He estado mirando tu blog y me han gustado muchísimo tus dibujos.
Lo único que no entiendo es de que manera tu llegas a escribir eso. Surealismo..puro y duro. Y ese disfraz…genial.
Jajaja,me ha hecho mucha gracia tu comentario. Yo no lo veo tan surrealista, bueno igual un poquito.
A que sí…creeme. La imagen de vuestra compaña, yo la tengo muy pintoresca.
Este Jacobín está pasao… O es como el nene de la película que veía los muertos… Jajaja… Tu te has podido fastidiar con los viajecitos al metro. Aire fresco y contaminado… Pobre Evita. Nada amiga, disfruta el camino mejor que puedas y las conversaciones multigeneracionales que están como para destornillarse de la risa.
Jajaja , vaya tela el Jacobín. Yo no lo quiero cerca, qué yuyu.
Besos
Tiene un puntillo diabólico la criatura.
Jope con el Jacobín poeta o filósofo de mayor. Los únicos capaces de mirar tan fijamente y de tan cerca la muerte. Doña Marga… ¡hace días que se hizo inmortal! Se inyectó tinta en vena y escribió sus cuadernos, ahora ya es imposible que muera 😉
Todos los niños son poetas y filósofos, a mí me lo parecen. Doña Marga inmortal, no sé yo…aunque lo de la tinta en vena es bonito, sí.
😉 Inmortal, te lo digo yo 😉
Así habló doña Martes 🙂
😀 No, no, Isla Imaginada entera lo dijo a coro 😉
Jajaja, pero qué Isla más maja.
😉 Tú formas parte de ella. Todo el que inventa lugares y personajes la hace crecer 🙂
Cada vez tengo más claro que el jacobin es hermano de mi Noah o que tu y yo nos conocemos jaja. Tenemos esa capucha verde que parece un dinosaurio!
Jajaja, me encanta!
Dame un minu que te la enseño en el mail,ya verás. Bueno..mas de uno, que tengo que buscarla jaja.
Deseando verla
Enviado 😉
Doña Marga se ve como jurásica. Buen juego entre la hora punta y la muerte. Espero no encontrarme con Jacobín en el andén, ando con algo de bajón y que me anuncien la muerte ayuda poco.
Ay, que no quería transmitirte mal rollo. No te pregunto por si no quieres contestar pero mucho, mucho ánimo. Que se te quiere de verdad.
Paloma, leerte tiene efectos terapeuticos, como el aloe vera que parece ser que vale para todo. Mal rollo ninguno, ni el de oferta…
Creo que me mantuve en la infancia mientras creí en dos cosas: la bondad de todos los adultos y la inmortalidad. Cuando estas dos creencias se rompieron me empecé a hacer mayor.
Eso es perder definitivamente la inocencia